Como parte del sistema capitalista, la violencia ha estado presente en todas las sociedades y durante todos los tiempos; claro es importante dimensionar que hay diversos orígenes de la violencia y en diferentes contextos en los que se ha venido presentando.
En lo casos particulares de Chilpancingo y todo el estado de Guerrero, se han disparados los hechos de sangre, ejecuciones y balaceras. No se tiene claridad de cuáles son las razones por la que ha entrado en este escenario de hechos violentos; como si los cambios de gobiernos fueran esas coyunturas alicientes que detonan estos sucesos.
Lo lamentable ante esta situación, es que hay total incompetencia tanto de las autoridades gubernamentales y la misma sociedad, nadie frena la violencia y la delincuencia organizada en las diferentes regiones del estado de Guerrero, las ejecuciones están en Chilpancingo, en Acapulco y en la región de la montaña.
En el marco de este contexto de incompetencia del gobierno e impotencia por parte de la sociedad, las autoridades estatales y federales, además del municipio, no deben de prestarse a negociaciones con los grupos que han venido promoviendo la delincuencia en la capital del estado.
Se tiene que actuar con la ley en la mano y con lo que establece el estado de derecho, por eso se necesita que haya eficiencia en el gobierno y su actuación con total transparencia, de lo contario esta ola delictiva nadie la va a parar, ni la presencia de la guardia nacional o la policía comunitaria.
El silencio de los políticos de los niveles distintos de representación, en este caso las presidentas municipales de Chilpancingo y Acapulco, no han fijado posturas críticas sobre estos hechos que lesionan a la sociedad entera y que se manifiestan con más poder que las autoridades porque en plena luz del día se cometen los hechos de ejecuciones, se desconoce cuáles son las causas por la que las mismas autoridades siguen guardando silencio.