- La bancada de Morena anunció que presentará una iniciativa desde los ámbitos civil y penal, para prohibir en definitiva la venta de niñas para matrimonios forzados
- El 68% de las mujeres indígenas en México, están en esta ruta del matrimonio infantil forzado: PRI
- PAN exige castigo contra suegro de la menor que fue encarcelada en Cochoapa por la policía comunitaria
- Niñas de 11 a 16 años, son vendidas hasta por 200 mil pesos en matrimonio forzado, sin conocer a su comprador hasta la noche de bodas
Por Rangel Ventura/OBJETIVO Diario
Chilpancingo de los Bravo, Gro., 19 de octubre de 2021.- La bancada de Morena en el Senado de la República anunció que presentará una iniciativa de ley desde los ámbitos civil y penal, para prohibir en definitiva la venta de niñas para matrimonios como ocurre en Guerrero y otros estados del país.
En su intervención, la presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género en el Senado, Martha Lucía Micher, desde tribuna habló sobre los acuerdos que hay entre familias en la Montaña de Guerrero y otras comunidades indígenas, para vender y comprar niñas, a fin de llevar a cabo casamientos forzados.
La legisladora de Morena subrayó que las mujeres, “no son mercancías, tienen derechos y uno de ellos es el de decidir con quién y cuándo compartir su vida en una relación matrimonial o de pareja”.
Además, afirmo que los matrimonios forzados ofenden la dignidad de las mujeres y ponen en riesgo su seguridad, su libertad, e incluso, su vida.
“Nosotras y nosotros en Morena respetamos esos usos y costumbres, podemos no estar de acuerdo, pero los respetamos. Sin embargo, hemos tomado una decisión en el grupo parlamentario de Morena de presentar una iniciativa para analizar a fondo y para modificar los artículos que se refieran a este tipo de situaciones”, adelantó la legisladora.
Y agregó: “El matrimonio forzado es la acción que realizan entre dos familias, se paga dinero a la familia de ella y si son víctimas de violencia las mujeres solicitan regresar a sus hogares, pero las familias de quienes compraron a esas niñas y adolescentes exigen el doble o el triple de lo que fue pagado por esta mujer”, relató.
El senador del PRI por Guerrero, Manuel Añorve Baños, se pronunció por la implementación de un plan integral de concientización y erradicación del matrimonio infantil forzado.
“Legislamos en el 2019 para que se pusiera una penalidad de 4 a 10 años; es práctica basada en usos y costumbres que, obviamente, rechazamos porque estamos en nuevo milenio”, dijo el priista.
Agregó que, “Solamente un dato que es importante señalarlo, el 68 por ciento de las mujeres indígenas en México, desgraciadamente, están en esta ruta del matrimonio infantil forzado.
Yo quiero hacer un exhorto respetuoso a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, al Instituto Nacional de las Mujeres, al Sistema Nacional DIF y a la Fiscalía General de la República, para que exista una campaña de difusión, una campaña de prevención que se conozca de la penalidad”, pidió el senador guerrerense.
Por su parte, la senadora del PAN, Xóchitl Gálvez, recordó que en la Constitución está prohibido el matrimonio infantil y la violación de los derechos humanos de las mujeres indígenas, por lo que pidió que se castigue ejemplarmente esa práctica y no se escuden las autoridades en el pretexto de los usos y costumbres, “Desafortunadamente es muy cómodo para alguna autoridad corrupta decir que se trata de usos y costumbres para no hacer su trabajo”.
La panista, también hizo referencia al caso que publicamos en este diario, donde una adolescente del municipio de Cochoapa el Grande, en la región Montaña de Guerrero, fue encarcelada por la Policía Comunitaria junto con sus tres hermanitas, luego de que huyó de la casa donde fue vendida en matrimonio, después de que su suegro intentó violarla hasta en cuatro ocasiones.
“Yo desde aquí quiero exigir que se castigue al presunto violador de la niña de 15 años, porque ni siquiera era con quien había contraído matrimonio, era su suegro y esta persona estaba cometiendo un delito y el Gobierno del estado (de Guerrero), que hoy celebro que esté en manos de una mujer, debe de investigar y castigar al responsable como abuso sexual”, puntualizó la panista.
LAS NIÑAS DE 11 A 16 AÑOS, SON VENDIDAS HASTA EN 200 MIL PESOS
En las comunidades de la Montaña de Guerrero, una menor de 11 a 16 años tiene ya su precio que va de 150 a 200 mil pesos, y si ya tiene 17 o más vale menos.
En el estado hay varios casos donde las mujeres dejan a sus esposos por ser maltratadas y piden asesoría legal, pues sus suegros las demandan y exigen que les regresen el dinero que entregaron cuando los casaron.
Incluso, organismos defensores de los derechos de la mujer y colectivos feministas, han denunciado que, en la región, hay hasta “pedidores” que se hacen llamar “embajadores”, que son los que se dedican a pedir a las muchachas.
Coincidieron en que, por usos y costumbres, se daban “presentes” en el arreglo de un matrimonio lo cual era simbólico, pero ahora se ha monetizado al pedir los familiares dinero en efectivo más el presente que consiste en pan, chocolate, guajolotes, cervezas, vacas, chivos y la fiesta, llegando a alcanzar de 100 hasta 200 mil pesos, situación que afecta la costumbre y hace que ahora se hable de venta de mujeres.
Los papás y hermanos de las niñas –casi siempre– son quienes llegan al acuerdo para cederlas a adultos que ofertan –primero 20 mil pesos– para obtener el permiso de la familia para quedarse con ella, aun si va en contra de la voluntad de las menores de edad, que son violadas desde los primeros años de su vida por un desconocido.
Disfrazado de dote, la familia de la “novia” pide de facto 200 mil pesos a quien la pretenda. El monto desciende si la niña superó los 13 años de edad, no sabe lavar, cocinar o no domina los quehaceres.
Esta práctica está normalizada en Metlatónoc, localidad al suroeste de México, región donde más del 40% de las niñas son vendidas en matrimonio –según datos extraoficiales– todas ellas sin su consentimiento.
Muchas de las menores ni siquiera han tenido “su primera luna”, como le llaman a la primera menstruación, cuando ya existe un acuerdo de compra-venta entre la familia y la persona interesada.
Una vez que se pacta la boda, la familia del novio tiene la obligación de organizar y pagar la totalidad de la fiesta, la cual llega a extenderse hasta por tres días, de acuerdo con la tradición que data de cientos de años atrás.
Las niñas, a veces, ven por primera vez a la persona que las compró hasta el día de la boda. Las menores casi nunca cruzan palabra con su comprador ni hacen contacto visual antes. (Con información de El Universal)