Editorial
Las cárceles en México dejan al descubierto la crisis de todo el sistema penitenciario en el País. ¿Por qué en otras partes del mundo no suceden motines, ventas de drogas o asesinatos de reos en las celdas? ¿Por qué no hay motines ni desórdenes? ¿Por qué no hay fugas de presos? ¿Por qué los criminales no delinquen desde la cárcel? Simple y sencillamente porque en otros países existen buenos controles, los prisioneros son tratados todos igual y pierden sus privilegios, no tienen celdas de lujo ni bares ni áreas VIP, no se les escapan y cumplen sus condenas al cien por ciento. Y lo más importante, no hay corrupción. Si como el Gobierno en ocasiones concesiona otro tipo de servicios, en este caso y visto que como país no somos capaces de administrar adecuadamente los centros penitenciarios, ¿por qué no los concesionamos a los expertos? Sin duda que obtendríamos mejores resultados y convertiríamos los mismos ahora sí en centros de readaptación social y no en escuelas del crimen.
