Editorial
Después de analizar a través de la historia las distintas guerras y golpes de estado que han sufrido otros países, asaltan varias dudas. Si países como Japón y Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial, se levantaron de una destrucción total, ¿cuáles son las diferencias que tienen sus ciudadanos contra los mexicanos para que ellos cambiaran y nosotros sigamos cada día peor? Tenemos dos brazos y dos piernas, dos ojos, una nariz, dos orejas, una cabeza, un cerebro: en todo somos similares, diferenciándonos únicamente por la raza. Ver cómo China, un país retrasado y feudal no hace muchos años, ahora también es una potencia mundial: son capaces de desarrollar proyectos de gran magnitud, como construir hospitales contra el covid-19 en solo diez días. Nos llena de tristeza el ver que ellos sí pueden y nosotros no. La diferencia que existe es que ellos tienen gobernantes que quieren convertir a sus países en ricos y desarrollados, y nosotros tenemos gobernantes corruptos a los que sólo les interesa hacerse ricos ellos sin importar que el pueblo siga siendo pobre y subdesarrollado. Qué tristeza da esta realidad.