Editorial
La Cuarta Transformación llegó de la mano de ineptos y corruptos, y han sido sostenidos en sus puestos a pesar de las múltiples muestras de irresponsabilidad que han dado. Un Gobierno plagado de pésimas ocurrencias, además de obras mal planeadas y otorgadas a contratistas de pésima calidad. Lo peor es que aterra pensar que aún nos falta por ver el tristemente famoso “Año de Hidalgo”. Contra esto, a tambor batiente aparece la apantallante ofensiva publicitaria del Gobierno federal. Conferencias mañaneras y el segmento “Quién es quién en las mentiras” que replican medios inundados de publicidad gubernamental. Se nota que la chequera está abierta consumiendo un presupuesto que no tiene límite, tomando los recursos de los impuestos de los ciudadanos, que para eso son, para gastarse. Es evidente la estrategia para, a como dé lugar, reposicionar la deteriorada imagen del Gobierno y sus funcionarios rumbo a las elecciones del 2024. La apuesta es la de siempre: El pueblo es de corta memoria y se puede embaucar y manipular con apoyos gubernamentales.