Editorial
La denominada “Quién es quién en las mentiras”, nueva sección semanal para corregir la información que se difunde en los medios y las redes sociales, adversaria de las políticas del gobierno de la Cuarta Transformación, no sólo representaba un atentado a la libre expresión y manifestación de ideas de los ciudadanos mexicanos, sino también una forma simple, llana y pura de seguir solapando auténticos actos de impunidad, corrupción y desvergüenza por quienes dicen velar por los intereses de México. Vemos con desilusión y enojo esta sección de las conferencias mañaneras en pro de legitimar la incapacidad de los funcionarios federales en las diferentes dependencias. Y sí, decimos incapacidad porque los reportajes que circulan en medios de comunicación sólo ponen de manifiesto hermanos del presidente recibiendo sobornos, el enriquecimiento inexplicable de Manuel Bartlett, las casas de Irma Eréndira Sandoval, los contratos millonarios a familiares. Nos queda claro que, a algunos funcionarios en la 4T, no les interesa mejorar la educación, la seguridad, la salud pública… Le interesa más proteger su imagen y seguir solapando actos de corrupción evidentes.
