Editorial
Los legisladores de Morena el año pasado refrendaron el impuesto al refresco aduciendo que es por el bien de nuestra salud, pues de esta manera se inhibe el consumo excesivo de azúcar. Al mismo tiempo los ministros de la SCJN despenalizan el uso de la mariguana aduciendo que el ser humano es el único responsable de consumirla. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Los diferentes niveles de Gobierno pueden definir lo que les parece malo para la salud independientemente de si esto es verdad o no? Tanta incongruencia aunada al sospechosismo -muy mexicano- desata conclusiones de posibles favoritismos nada saludables. Sin embargo, muchos no creen que la legalización del consumo de la mariguana sea benéfica para México, especialmente para nuestra juventud. El uso de la mariguana puede producir pánico, ansiedad, distorsión sensorial, mala coordinación de movimientos, se eleva el ritmo cardiaco con posible riesgo de un ataque al corazón, dificultades para estudiar y cambios de personalidad, así como inhabilidad para comprender cosas. Ya tenemos suficientes problemas.
