Editorial
El cáncer no es una enfermedad que se alberga en todo el cuerpo. Solo se presentan en algunas partes. Puede ser un hígado, un pulmón, el estómago, etcétera. El que el mal esté en uno de los órganos vitales es razón para temerle, pues con ello basta para acabar la vida de millones de personas cada año. Lo mismo sucede con la clase política viciada: unos pocos son más que suficientes para echar a perder un municipio, un estado, un país e, incluso, una legislatura. Por ello hoy que el partido Morena ha monopolizado “la esperanza ciudadana” en la clase política, tienen la maravillosa oportunidad de sacudirse a todos aquellos personajes que representan al viejo régimen priista y panista, que hicieron tanto daño al país. A tres años del arribo de la 4T al gobierno, para que recuperen algo de la credibilidad y respeto perdidos, deben mantenerse firmes en cuanto a la aprehensión y subsecuente juicio a los actuales funcionarios señalados por actos de corrupción, pues de no hacerlo se acabó el Estado de derecho, con la subsecuente caída de la credibilidad del régimen.
