Por César González Guerrero
En algunos municipios de Guerrero, y posiblemente de México, es común hablar de los caminos de sacacosecha que como su nombre lo dice, son vías de comunicación y acceso que no están considerados como caminos de terracería, mucho menos como carreteras formales. Los caminos de sacacosecha son tramos en los cuales muy difícilmente pueden utilizarse vehículos de pasajeros o de carga. Y quienes se atreven ocupar estas vías de comunicación corren el riesgo de «atascarse» o como se dice en la Costa Chica de «atollarse». A tal grado que, de ser así, va a requerir de la ayuda de varias personas para «desatollarlo:». Para ello se tendrá que utilizar todo tipo de instrumentos de apoyo como picos, palas, «riatas», «palos», piedras, palapa, etcétera. Por supuesto la experiencia y el ingenio de la gente que se involucra será determinante.
Los caminos de sacacosecha regularmente se encuentran en los municipios del área rural, en donde los pequeños agricultores y campesinos llamados «huerteros» se ven obligados a correr esos y otros riesgos para trasladar sus productos obtenidos durante todo el año. Los tiempos más difíciles son en las épocas de lluvia, de julio a noviembre, en virtud de que esos caminos son intransitables por los «lodazales» que se forman, el crecimiento de los arroyos y barrancas, solo por mencionar algunos de tantos obstáculos.
Solo por ejemplificar, en mi tierra Copala mínimamente existen 20 rutas de caminos de sacacosecha, de los cuales por falta de espacio se mencionan los ubicados en las comunidades de Las Peñas, La Fortuna, San Francisco, Atrixco, Campanillas, Los Lirios, Las Lajas, El Papayo, Playa Ventura, Playa Azul, Las Salinas, Islaltepec, La Cañada del Arroz, y otros puntos como El Maguey, Ojo de Agua, Los Draguitos, etcétera, etcétera.
Algunos caminos de sacacosecha comunican con las carreteras nacional y estatal, y en algunos casos con caminos de terracería, hasta llegar a la cabecera municipal para almacenar o comercializar el producto.
Cabe mencionar que hasta 1970 o 1980 fue normal observar a los campesinos «sacando» sus «bultos» al «hombro», caminando distancias que fluctuaban entre los 100 y 500 metros, atravesando » a pie» los tramos ya mencionados. Posteriormente, se utilizaban los animales domésticos como burros, caballos o mulares, acondicionando los inolvidables «güililes», o bien las históricas «carretas» con los mismos sufrimientos, pero ahora son los animales mencionados.
Ya después de la época de los 80 han llegado los «carros» que, con las mismas y otras dificultades, hacen mejor el traslado de las cosechas campesinas, sin dejar de sufrir las peripecias ya señaladas.
Sin duda, los caminos de sacacosecha es un asunto que los ayuntamientos y sus respectivas autoridades conocen muy bien y está bajo su responsabilidad atender y resolver a través de algún Programa Municipal de Caminos de Sacacosecha. Es cierto que debido a varias razones no alcanzan los presupuestos, pero a estas alturas los campesinos ya no deben sufrir esta serie de inclemencias. En algunos casos solo requieren del apoyo de un carro de volteo, material adecuado para cubrir las «pozas» o «barrancas», palas y otros utensilios. Los productores desde luego podrán concertar con las autoridades su participación en este trabajo que beneficia a todos.
En otros casos posiblemente sea necesario la construcción de pequeños «vados» y/o alcantarillas- puentes. Lo que sí es cierto que con este Programa que bien funcionaría a nivel estatal se solucionarían en gran medida los problemas del campo. Ya veremos.