Editorial
La democracia muy a la mexicana se va a los extremos, dista de ser lo mejor para el País. El hartazgo es muy real, a exactamente dos meses de la elección del 6 de junio no sabemos por quién votar, los discursos son sólo basura, donde reinan sólo sus malditos intereses. Por esto, creo que los candidatos independientes hubieran sido una buena opción, si el INE y el IEPC no se hubieran puesto tan estrictos al momento de aprobar esas candidaturas. En Guerrero, abundan candidatos futboleros, otros borrachos, adictos a las drogas, mujeriegos, acosadores sexuales, corruptos y un sinfín de etcéteras. Es muy cuestionable que gente de un perfil tan bajo y folclórico pueda gobernar. Los candidatos de Morena gritan otra vez sus triunfos muy cuestionables del 2018 y en eso se confían para ganar sin hacer campaña, aunque todos sabemos que ese partido llegó al poder gracias a la figura de Andrés Manuel López Obrador. Y así hasta el infinito, una vez más concluyo que toda la clase política es una enorme boñiga muy hedionda. México jamás saldrá del tercer, o ya quinto mundo, con políticos de tan baja calidad. Las instituciones no sirven, se vive en una anarquía ramplona y hasta grotesca; nadie respeta nada.