Por César González Guerrero
Sin duda, en todos los países del mundo, por muy pequeños que estos sean, el servicio que otorgan las instituciones bancarias son fundamentales para el desarrollo de los pueblos y los propios ciudadanos. Son organismos que en su mayoría pertenecen al sector privado y muy insignificante los del sector público o gubernamental.
Los Bancos grandes o pequeños, tienen entre otras funciones, apoyar el intercambio monetario a través de transacciones de todo tipo que se realizan en el área urbana y rural. Estas instituciones ayudan a los usuarios de todos los niveles sociales a realizar operaciones de depósito y retiro de dinero para así solucionar problemas de carácter personal e institucional.
Si bien es cierto que a nivel nacional existen más de 20 instituciones bancarias con sucursales distribuidas de acuerdo con sus intereses de atención y cobertura, también es cierto que no son suficientes para atender la demanda de este servicio público. A pesar de ser auxiliados por redes interbancarias con cajeros automáticos se rebasan las expectativas de atención al `público en general.
Como es del conocimiento de todos, los servicios bancarios actualmente también son otorgados por otro tipo de empresas particulares que compiten con los tradicionales bancos con antigüedad en el ramo. Por supuesto que la calidad del servicio está en las mismas condiciones de deficiencia.
En la Costa Chica, y tal vez en todo el estado de Guerrero, quienes ocupan los servicios bancarios en su mayoría son personas de escasos recursos económicos beneficiadas por los programas gubernamentales, que conforman un amplio número de la población de grupos vulnerables como adultos mayores, jóvenes becarios, campesinos, ganaderos, pescadores, discapacitados, pequeños comerciantes, empresarios, personal que labora en el sector educativo y en dependencias de gobierno, etc. etc.
La región Costa Chica, no obstante, su enorme potencial económico y productivo, desde hace muchos años a esta fecha, presenta una serie de deficiencias en la prestación del servicio de Bancos y esto es motivo de quejas y denuncias de la población sin que haya una autoridad que intervenga para solucionar la problemática. Los propios directivos y empleados de estas instituciones carecen de facultades para atender a quienes se atreven a solicitar una mejor calidad del servicio, mucho menos para resolver problemas.
Para empezar, en Tierra Colorada, cabecera municipal de Juan R. Escudero solo existe un Banco Santander, un Banco Azteca con sus respectivos cajeros, una oficina de Telecom y 3 Oxxos; San Marcos cuenta con un Banco Banamex, un Bancomer, un Banco Azteca, con sus respectivos cajeros, 3 Oxxos, una tienda Aurerra y una oficina de Telecom que brindan ese servicio; en Ayutla están funcionando los bancos Banamex, Banco Azteca, Bancopel, Bansefi, y sus respectivos cajeros, 3 Oxxos y una oficina de Telecom; en Cruz Grande funciona un Santander y su cajero, un Cajero de Banejército, 2 cajeros de Banamex, una oficina de Telecom y 3 Oxxos; en Cuautepec solo existe una oficina de Telecom; en Copala existe un cajero de Banamex que regularmente no funciona, una oficina de Telecom y un Oxxo; en Marquelia existe un Banco Azteca y su cajero, 2 Oxxos y una oficina de Telecom que también ofrece el servicio de entrega de dinero. En Ometepec están funcionando un Banamex, un Bancomer, un Santander, un Banco Azteca y sus respectivos cajeros, 2 Bancopel, un cajero de HSBC, una oficina de Telecom y 6 Oxxos. En San Luis Acatlan existen dos cajeros de Banamex y un Banco Azteca con su Cajero, también 1 Oxxo y una oficina de Telecom; en Azoyu existe un Banco Azteca con su cajero, 1 Oxxo y una oficina de Telecom; en Juchitan solo funciona una oficina de Telecom; en Igualapa solo funciona un Banco Azteca con su cajero; en Tlacoachistlahuaca solo funciona un cajero Banamex y una oficina de Telecom; en Xochistlahuaca solo existe una oficina de Telecom. En Cuajinicuilapa existe un Banco Azteca y su respectivo cajero, 2 Oxxos y cajeros de Banamex y Santander.
Todos los días y más cuando es quincena o de pagos a los grupos beneficiados por el gobierno federal, es muy triste observar largas filas de personas de todas las edades y con una diversidad de problemas de salud, buscando inútilmente alguna sombra, otros se cubren del radiante sol costeño con cualquier objeto y otros totalmente descubiertos, “bañados” en sudor, sedientos, y en tiempos de lluvia la gente sufriendo las inclemencias de los fenómenos naturales, todos con la ilusión y esperanza de que funcione el cajero y/o haya dinero, y que las horas que duró haciendo “cola” no sean en vano. En ocasiones muy frecuentes, las personas se molestan o incomodan, pero no pasa de ahí porque finalmente al llegar al objetivo se olvidan del martirio y se van felices por haber logrado retirar un poco de dinero. El sufrimiento de las horas de espera valió la pena y llegan contentos a sus lugares de origen, que siempre son de las comunidades con mayor marginación social. Cuando el cajero no funciona o no hay dinero surge el “florido” lenguaje costeño.
Mas, en fin, la situación que prevalece en la mayoría de los municipios de la Costa Chica es deprimente y causa dolor encontrar gente que se dedican a buscar un banco, cajero, o lo que sea, para realizar sus operaciones de dinero. Algunos pierden su día y se gastan lo poco que tienen para que al final no resuelvan nada, porque no funciona el cajero o simplemente porque ya no hubo dinero.
Urge que alguna autoridad o “representantes populares” realicen las gestiones necesarias para que en la Costa Chica se terminen esta y otras anomalías que siempre afectan a quienes menos tienen. Asumir una responsabilidad es cumplir a la gente. No se vale que aparte de lucrar con las necesidades de la gente las instituciones bancarias violen sus elementales derechos humanos. Ya veremos.
AGRADEZCO EL APOYO DE MIS ESTIMADOS AMIGOS Y LECTORES: ISMAEL, ARNULFO, CUBE, TANIA, HILARIO, EZEQUIEL, BALTA, LUIS, DOCHO, FERNANDO, ARLETTE, ESAU Y DOROTEO.