Editorial
Durante cada periodo de elecciones, los spots del órgano encargado de organizar los comicios se abocan a invitar a la población a que exprese su sentir en las urnas. Se acostumbra argumentar que se trata de un derecho y una obligación del ciudadano. Sin embargo, parece que el organizador de las votaciones, el Instituto Nacional Electoral (INE), ve en los electores meros autómatas que sin conciencia debe acudir a las urnas. En lugar de lanzar este tipo de llamados, lo más prudente sería aceptar que los ciudadanos no queremos ir a votar porque no nos vemos reflejados en ninguno de los candidatos ni de los partidos políticos. Al día de hoy, tal parece que la democracia solo justifica la partidocracia mexicana, ese tipo de gobierno donde los partidos políticos, amparados en el “beneplácito” de la población, se llenan de grandes sumas de dinero por parte del gobierno. Habría que cavilar sobre si realmente este es el tipo de democracia que queremos.