Hola, yo soy María de Jesús Galeana Radilla, Jesusita como me decían de cariño mi padre y mi hermano. Gracias por tomarte el tiempo de verme y escucharme…
Hemos vivido días eternos, dolorosos, que parecen sacados de un mal sueño.
Con la partida de mi hermano Wilberth Galeana Radilla, nos ha costado mucho trabajo levantarnos y seguir adelante. Ha sido un duelo muy intenso, un dolor sin sitio. Tan solo hablar de Wilberth me duele en el alma, su recuerdo cruje en mi corazón y en mi mente.
Wilberth siempre fue un hombre muy inquieto y solidario, durante la etapa más crítica pandemia decidió salir a dar la cara por su gente y ayudar a hacer llevadera la contingencia sanitaria y económica. Amaba tanto servir que aun sabiendo que había un riesgo latente, por salir a apoyar a sus paisanos que, finalmente perdió la vida contra una enfermedad terrible como es el Covid-19.
El golpe fue tan duro que nos tambaleó a todos sus amigos y familiares, su equipo de trabajo y equipo político se sentían desolados. Fue mucho trabajo, mucho esfuerzo por buscar un Atoyac mejor, que durante casi 10 años trabajó de manera incansable.
Decidimos reunirnos como equipo y entre todos decidimos que la lucha que Wilberth dio no podía terminar en el olvido, que los anhelos y proyectos que él tenía no podían terminar en esta forma tan triste. Unidos decidimos salir adelante.
Por ello, sacando fuerzas de no sé dónde decidimos retomar la ruta de seguir ayudando y seguir sirviendo al pueblo de Atoyac.
Empezamos a recorrer las colonias y comunidades para saludar a las personas a las Wilberth tocó su corazón y hemos obtenido la enorme satisfacción de saber cuánta gente quería a mi hermano. Es increíble escuchar las palabras de aliento. Nos reconforta y anima a seguir.
El equipo de Wilberth Galeana sigue vivo, firme y fuerte, vamos a seguir ayudando a los que menos tienen, sin otra ambición que la de honrar la memoria de mi hermano, más allá de cualquier aspiración política tenemos la inspiración de hacer realidad los ideales de Wilberth.
Mi hermano sigue vivo en nuestros corazones y en nuestra memoria, así como en las acciones que en su nombre emprendemos cada día. Wilberth Galeana es insustituible.
La vida da lecciones muy duras.
«Puedes llorar por que se ha ido o puedes sonreír por que ha vivido.
Puedes cerrar los ojos y rezar para que vuelva o puedes abrirlos y ver todo lo que ha dejado.
Tu corazón puede estar vacío porque no lo puedes ver o puedes estar lleno del amor que compartiste.
Puedes llorar, cerrar tu mente y sentir el vacío y dar la espalda o puedes hacer lo que él le gustaría;
Sonreír, abrir los ojos, amar y seguir»
Dios sabe que amé intensamente a mi hermano y lo que me ha costado levantarme y seguir. Por él seguiremos, con su esencia y su proyecto.
Va por ti hermano…