Editorial
El Gobierno federal y el INE aprobaron a principios de este año, darles 5 mil 239 millones de pesos a los partidos políticos para que se los gasten previo a las elecciones del próximo año, tapizando las ciudades y redes sociales con anuncios no solamente inverosímiles, sino absurdos, y les dan este dinero para que no acepten dinero de los delincuentes. Ésa es la teoría. Mientras tanto, inexplicables sentimientos nos embargan a los mexicanos por el derroche de miles de millones en campañas absurdas para elecciones, dinero tirado a la basura, cuando podría aprovecharse en la creación de infinidad de proyectos para el bienestar de los mexicanos que atraviesan la peor crisis económica por la pandemia del Covid-19. Qué objeto tiene apoyar a políticos chapulines que tan fácil dejan sus compromisos para tener un mejor hueso, y una vez en su cargo se vuelven, aparte de millonarios, inalcanzables para problemas que aquejan a las comunidades. Los que asignan estos montos exorbitantes deberían pensarlo dos veces antes de gastar nuestros impuestos sin conciencia alguna.