Por César González Guerrero
Como ya lo hemos dicho en anteriores colaboraciones, el proceso de la siembra de maíz es un período que comprende una serie de momentos muy significativos para el campesino y su familia. Y cada uno de ellos tiene una característica muy especial.
Es así como después de que la milpa ha empezado a “jilotiar”, llega el día en que el elote se transforma en una Camagua, o sea que deja de ser aquel producto suave y “tierno” para convertirse en “duro” y “macizo”. El primero se consume hervido o asado, en tamal, elopozole o esquite. El segundo por su dureza, solamente asado en la brasa o en la leña. A pesar de ello sabe muy rico.
De preferencia, la Camagua se debe comer en la milpa, colocando las brasas a “ras” del suelo, de pie, o sentados en algún tronco o piedra; este protocolo comprende también que cada consumidor se encargue de asar su propia Camagua, a su gusto y la cantidad que su apetito necesite.
La época de las Camaguas anuncian que en unos 15 días más será “mazorca” y enseguida estará transformada en maíz y será necesario preparar la cosecha, que implica otras actividades muy importantes para el campesino como: “doblar”, “piscar”, “deshojar”, “desgranar”, “aventar”, “encostalar”, levantar el “molquite”, y buscar el mejor precio en el mercado si es que la producción tuvo algún excedente. De lo contrario almacenarán el producto y servirá para alimentarse en la temporada de “secas”.
Como podrá observarse, la duración de este proceso de producción, que inicia aproximadamente en el mes de mayo con la preparación del terreno, concluye 5 meses después, o sea a finales del mes de septiembre o principios del mes de octubre. Si es que las lluvias fueron generosas.
Para el campesino y su familia la Camagua será siempre un alimento complementario y que no puede faltar en cada cosecha de maíz.
Para quienes no conocen las ricas Camaguas aún están a tiempo de probarlas. Algunas milpas empiezan a “jilotiar”, y en 10 días estarán listas las “Camaguas”. Provecho.