Por Rangel Ventura
En estos tiempos donde la hegemonía de Morena por la buena imagen del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha “cegado” al electorado en Guerrero, el Maestro en Ciencias, Jaime Ramírez Solís se alza en Chilpancingo como una oposición responsable y tenaz.
Que Jaime se perfile como el próximo candidato a la presidencia municipal de Chilpancingo por el PRI, solo beneficia a la unidad y credibilidad del partido, ya que representa a una nueva generación de políticos, alejado de los escándalos de corrupción y despotismos que durante años caracterizaron a los perfiles priistas de antaño.
Jaime Ramírez Solís, quien actualmente se desempeña como subsecretario de Finanzas de la SEG, es un auténtico chilpancingueño, hijo de humildes empresarios que por años forjaron un patrimonio a base de confianza en la venta de tornillos bajo la razón social “Tuercas y Tornillos”.
En el actual panorama electoral en que la buena imagen presidencial de AMLO no permite al electorado analizar adecuadamente los perfiles de los candidatos de oposición, Jaime Ramírez Solís sobresale como egresado de la Facultad de Derecho de la UAGro en Chilpancingo y cuenta con una Maestría en Administración Publica por una universidad privada de Morelos.
Las pifias de los gobiernos emanados de Morena y sus representantes en puestos populares -léase diputados, regidores, síndicos, funcionarios públicos, etcétera- han obligado a los partidos de oposición como el PRI a lanzar a sus mejores cuadros para las elecciones intermedias del 2021 en Guerrero. Y Jaime Ramírez Solís cuenta con todas las “credenciales” para aparecer en la boleta.
No es casualidad que Ramírez Solís haya sido diputado local suplente en la LXI legislatura de Guerrero y regidor del ayuntamiento capitalino, además de su invaluable paso por importantes dependencias de la administración pública estatal, ya sea fungiendo como Director de Administración de Desarrollo Personal del Gobierno Estado o como subsecretario de Administración de la Sefina estatal.
El PRI se ha desdibujado en todo México, pues cada vez que quiere asomar la cabeza como oposición, Morena le receta una “dosis del recuerdo” en su pasado corrupto gobernando México. Por ello, para el 2021, el tricolor necesita candidatos sin antecedentes de corrupción y cercanos al electorado, además de un Don de servir y las virtudes de Jaime Ramírez Solís como candidato le sobrarían para que el PRI recupere Chilpancingo.
Es así, como Jaime Ramírez puede hacer frente a Morena frente a los desaciertos de sus actuales representantes populares, que como en Guerrero hemos sido testigos, han sido un fraude que no representan la Cuarta Transformación del País que busca el presidente López Obrador, y aunque llegaron sin hacer campaña ni méritos, los morenistas hoy ostentan con toda arrogancia un puesto público para el que no están preparados, ni académicamente y, peor aún, sin ninguna intención más haya de solo vivir del erario público.
Y si la frase de AMLO de “el pueblo pone y el pueblo quita”, se hace presente en el 2021, seguramente contaremos con un presidente municipal con un perfil académico adecuado y las mejores intenciones de hacer algo por Chilpancingo.
Aunque hasta ahora Jaime Ramírez no ha mostrado públicamente su intención de participar en las elecciones del próximo año por estar al 100 por ciento concentrado en la función en la SEG que el gobernador Héctor Astudillo le confirió, lo cierto es que entre los priistas es el mejor posicionado y con mejor aceptación entre los chilpancingueños. Las encuestas así lo dicen, pues a su más cercano competidor de su mismo partido, le saca un margen del 34 por ciento si la definición del candidato del PRI fuera hoy mismo.
Que la capital de Guerrero vuelva a pintarse de tricolor en las elecciones venideras, quedará a responsabilidad del Comité Directivo Estatal del PRI, al momento de seleccionar al perfil adecuado para el gusto de los votantes y esperemos no vayan a entregar la candidatura a “chapulines” oportunistas que solo aparecen cada tres años sin hacer méritos políticos ni sociales.
