La Capital
Marcelo VILLANUEVA LUNA
La instalación de universidades en diversos puntos del estado de Guerrero, aun sin existir un estudio previo de instalación y operación; proyectos llamados Universidad Benito Juárez, en lugares como Tierra Colorada, Tixtla de Guerrero y Alcozauca de Guerrero, son proyectos sacados de la maga del gobierno de la Cuarta Transformación, ya que no existen estudios de impacto social y educativo de la región; es nada más como instalar escuelas a lo puro tonto.
Se anunció hace unos días que en Tixtla funcionará la Universidad Benito Juárez y que abrirá la licenciatura en enfermería y obstetricia, en Tierra Colorada ya abrió la Universidad Benito Juárez brindando la carrera de medicina y desarrollo sustentable, abrirá sus puertas también la Universidad Benito Juárez en la cabecera municipal de Alcozauca de Guerrero con la licenciatura en Medicina Integral y Salud Comunitaria.
El asunto es que en los tres lugares son universidades que no cuentan con instalaciones propias, sino que operarían en aulas improvisadas y que, con el paso del tiempo, se harán donaciones de terrenos y luego construir instalaciones en donde puedan tomar clases los estudiantes.
Aun no cuentan con la planta docente integrada, perfiles, oficinas directivas, planes de estudios, programas de estudios, tronco común, competencias disciplinares y básicas, instalación de auditorios, salas de medios audiovisuales, bibliotecas, explanadas, salones de cómputo, perfiles de la planta docente, recursos humanos capacitados y calificados. Toda una estructura es lo que les hace falta.
Instalar una escuela del nivel superior en un municipio de la montaña y de otras partes del estado, no es como colocar una casa de campaña en la colina, sino que se requiere una serie de estudios de viabilidad, estudios de impactos ambientales diagnósticos sociales, análisis de la ubicación geográfica, estudios socioeconómicos de la población y la comunidad estudiantil; son una serie de elementos que deben ser considerados y cuantificados para decretar la viabilidad y funcionamiento de una universidad, esto no debe ser un proyecto sacado de la manga ni de ocurrencias.
No es solamente anunciar en los medios de comunicación como un acto de publicidad y de un gobierno apantallador, sino que tienen que considerarse muchas cosas y al parecer López Obrador y sus seguidores, están haciendo las cosas al vapor o a la ahí se va, están destinando millones de pesos para este tipo de universidades, pero lo están haciendo al puro aventón, como si se tratara de un experimento.
En Guerrero ya están operando los telebachilleratos y las preparatorias populares; pero son escuelas en las que se imparte clases en comisarías municipales, en casas de adobes o casas de juntas, carecen de instalaciones propias y adecuadas para tal fin, otros que toman clases en galeras o no tienen plantas docentes calificadas.
El gobierno de López Obrador y su cuarta transformación, está llenando el estado con este tipo de escuelas, universidades que carecen de todo, desde los servicios sanitarios, hasta los espacios recreativos de los futuros estudiantes. Son muchas cosas que se tienen que tomar en cuenta, no se trata solo de generar anuncios populistas en los medios digitales de comunicación.
Aunque la instalación de nuevas universidades en el estado de Guerrero, no está muy descabellada la idea de López Obrador y sus secuaces, sino que tiene que ser a la inversa; o sea que primero construir la infraestructura, diseñar los planes de estudios, los perfiles y programas de estudios, primero es lo primero, pero aquí están haciendo las cosas al revés, exhiben un acto populista y ramplón, son proyectos sacados de la manga, de pura ocurrencia y de una posible aventura educativa sin rumbo fijo. Primero tienen que generarse las condiciones necesarias para impartir una buena educación.
En esta entidad y de acuerdo a los datos que arroja el INEGI en el censo pasado “el grado promedio de escolaridad de la población de 15 años y más es de 7.8, lo que equivale a poco más del primer año de secundaria”, o sea que en educación media y superior andamos mal, porque muchos jóvenes apenas concluyen sus estudios del nivel primaria y no concluyen la secundaria, no se diga la preparatoria o una carrera profesional.
También dice el INEGI que de cada 100 personas de 15 años y más… 13. 2 no tienen ningún grado de escolaridad, 54.0 apenas tienen la educación básica, el 19.6 apenas finalizaron su educación media superior, 12. 9 concluyeron su educación superior. Estos datos nos dan el panorama amplio de que, en esta entidad, andamos muy mal en educación, porque de 100 jóvenes en una edad de 15 años a más, apenas el 12 por ciento de ellos concluyen sus estudios profesionales.
Estos datos que nos reflejan una triste realidad, implica que los jóvenes tienen que estudiar una carrera profesional de manera urgente y necesaria; además forzosa, es una cifra muy baja y es responsabilidad tanto de los padres de familias y las mismas autoridades educativas para poder elevar este porcentaje y poder cambiar esta tiste realidad.
La creación de nuevas universidades como la “Benito Juárez”, puede ser la solución, siempre y cuando se cumplan con los parámetros requeridos, no se trata solamente de instalar escuelas por todos lados, como si fueran tiendas de abarrotes, sino que se deben cumplir con una serie de normas específicas.