Editorial
Desde hace mucho que se debió eliminar las legislaturas plurinominales, modalidad que inventó el PRI cuando era la “dictadura perfecta” para simular que había oposición legislativa. Hoy, muchos diputados y senadores plurinominales están enquistados, brincan de una cámara a otra y no están obligados a rendir cuentas. Las leyes fundamentales que se han venido aprobando desde la era de Salinas, y que han puesto al País de rodillas, que han permitido que unos cuántos se enriquezcan, que han puesto a remate los bienes de la Nación, que han empobrecido más a la población, han sido negociadas e impuestas por este grupo de facinerosos que no tienen ningún compromiso con el electorado. Si el presidente AMLO ha dicho que en su 4 Transformación los ciudadanos son los que mandan, debería buscar los mecanismos para eliminar esta forma ruin de hacer política. Hay que acabar con estos vendepatrias que tanto daño han hecho y seguirán haciendo. Las futuras generaciones no merecen heredar a esa lacra política.