Editorial
Comprensión y rebeldía, enfermedad o indigencia…Entre esas variables oscila Guerrero a la hora de valorar, acatar y aplicar la orden de cerrar negocios y sus playas, y recluirse en los hogares para afrontar la crisis del Coronavirus que evidencia la endeble situación de una población que en su gran parte sobrevive con lo que ingresa día a día. En nuestra entidad, ocho de cada 10 trabajadores laboran en el sector informal y la cifra rebasa la media nacional de 5.7 personas, indican datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Con aproximadamente el 80% de la población activa que se desempeña en sectores informales, y por lo tanto con escaso margen para la obtención de protección económica en caso de crisis como la del Covid-19, la medida implementada por el Gobierno deja literalmente al descubierto a miles de personas enfrentadas a la terrible disyuntiva de tener que elegir entre la enfermedad o, en no pocos casos, el hambre. Ese será el próximo problema, que se podrá enfrentar, consumiendo lo local.