La Capital
Marcelo VILLANUEVA LUNA
Para muchos que todavía están esperanzado que los gobiernos son las únicas alternativas para salir adelante, pueden estar equivocados y estarán así por el resto de su vida, ya que a un año de que el Presidente actual Andrés Manuel López Obrador tomara el rumbo de la nación, es el momento que no se tiene nada claro, como que no hay un rumbo fijo hacia donde caminar; más bien se observa a un presidente dando palos de ciego por todos lados, sin poder atinarle a nada bueno.
Recapitulando un poco, es que se dijo en campaña que la gasolina no subiría al menos en estos 6 años del peje, pero resulta que la gasolina sigue subiendo, en cuanto al desempleo en México sigue en aumento y sí hay empleos, pero son mal pagados, la gente se está muriendo de hambre porque el dinero ya no alcanza, subieron los productos en este último año y la población se hace cada vez más pobre.
Con López Obrador llegó la maldita austeridad, la austeridad por todos lados, eso quiere decir menos dinero para las familias pobres, menos educación para los hijos, calzado y vestido, ya que, al reducirse el ingreso de las familias, la gente vive al borde de la miseria y la limitación económica en sus hogares.
El famoso huachicol y la corrupción en el país, al menos en este primer año de gobierno, resultó ser toda una campaña fallida, porque no ha podido controlar ni poder erradicar, se intentó controlar las mafias que venden gasolina y roban a la nación, pero eso quedó en un intento, últimamente López Obrador abandonó esa tarea de combatir a los huachicoleros y a los corruptos.
Los altos salarios que tienen los funcionarios y servidores públicos, fue otra faramalla y simulación, en tanto que los diputados locales y funcionarios del gobierno siguen cobrando salarios muy altos y siguen teniendo fuero, son la clase privilegiada en el país, son los que trabajan menos y tiene un sueldo por encima de todo obrero y trabajador. Eso es parte de la desigualdad social que según dijo López Obrador que sería terminada en su gobierno. Los grandes privilegios, la riqueza de algunos cuantos, mientras que la pobreza y la miseria de muchos.
Lo que ha dicho el mismo López Obrador y sus seguidores, es que van por el camino correcto, ellos llaman cambios a algunos aspectos menores, como por ejemplo las conferencias matutinas, de eso le llaman cambios porque en el gobierno de Peña Nieto nunca se dieron esas conferencias matutinas y según el “peje” este es un cambio, el problema aquí es que son cambios insignificantes que no acudan en mucho a la nación. Si es importante estar informado por medio de las noticias de la televisión y en los periódicos; pero no ayuda en mucho a las familias que tienen hambre, que sufren pobreza y que no tienen empleo. La gran masa trabajadora necesita tener un peso en la bolsa que estar viendo la televisión todas las mañanas para saber qué cosas dice su presidente en las conferencias matutinas.
El desengaño y desencanto de la gente se viene dando poco a poco, aunque algunos están muy endiosados con un gobierno que apenas empieza hacer experimentos, se observa un gobernante carente de capacidad, es más bien un gobierno de ocurrencias porque no se tiene el rumbo fijo hacia donde tiene que transitar este país, hacia donde quiere llevar a la nación este viejito originario de Tabasco.