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CCIX ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

  • Por Diario Objetivo
  • 22/11/2019
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Por César González Guerrero

 

Las familias González Guerrero y González Arcos expresamos la más cordial Bienvenida a mi quinta nieta Miranda González Sánchez, una pequeña que Dios nos envía en el marco de esta celebración histórica. A ella deseamos larga y fructífera vida, y a sus padres Cecilia y César, muchas Felicidades.

 

A pesar de lo extenso, siempre será necesario revisar, analizar o estudiar algunas partes de la Revolución Mexicana en sus diferentes aspectos. En esta ocasión y ajustándome al espacio, quiero destacar brevemente las causas que originan este movimiento social y su principal legado alcanzado con muchas dificultades: el surgimiento de las Instituciones e inicio de la estabilidad política y social de México que debemos reconocer, son mucho más los aciertos que los errores de este primer movimiento armado del siglo XX.

 

José de la Cruz Porfirio Díaz Mori, mejor conocido como Porfirio Díaz Mori, no se imaginó llegar a la Presidencia de la República, mucho menos reelegirse durante 7 veces, equivalente a más de 31 años (1876-1910) de un gobierno denominado históricamente como el Porfiriato, interrumpido solo por 4 años de 1880-1884, y cuya lucha inició con la proclamación del Plan de Tuxtepec el 10 de enero de 1876, precisamente en contra de la reelección del Presidente Sebastián Lerdo de Tejada; iniciando su primer periodo de gobierno el 28 de noviembre del mismo año.

 

Paradójicamente, casi 34 años después, el 20 de noviembre de 1910, se inicia el movimiento revolucionario ahora encabezado por Francisco Ignacio Madero González, mejor conocido en la historia de México como Francisco I. Madero, enarbolando el Plan de San Luis Potosí, precisamente en contra de la reelección de Porfirio Díaz, bajo el lema de: Sufragio Efectivo, No reelección, fundamentada en su libro La Sucesión Presidencial en 1910 y creando el Partido Nacional anti Reeleccionista.

 

Por supuesto, como todas las cuestiones político-ideológicas, son motivo de polémica, y aunque no es el tema, considero que es en este periodo conocido como el Porfiriato en donde se presentan las condiciones objetivas del desarrollo económico de nuestro país, como se puede apreciar en las lecturas de la historia de México del siglo XX, considerando las precarias condiciones de vida de la población en su mayoría campesina e indígena, localizadas en la zona rural,  cuya población total en 1876 ascendía a un total de 9 millones 500 mil habitantes y para el año 1910, llegó a más de 15 millones. Desde luego el lento crecimiento estaba en función del desarrollo económico de la época.

 

Ahora en los inicios del siglo XXI, después de casi 209 años de lucha y trabajo, ya con una Constitución Política General de la República promulgada el 5 de febrero de 1917 en la ciudad de Querétaro, los más de 120 millones de mexicanos tenemos la oportunidad de disfrutar de una relativa paz social, gobiernos sexenales que con todos sus defectos han demostrado que sí se puede gobernar ejerciendo y respetando los derechos constitucionales.

 

La estructura socioeconómica de México, infraestructura, supraestructura y superestructura son producto de un proceso histórico innegable, así es la historia y así son los hechos, la ideología, las relaciones sociales, inclusive el Estado de Derecho. Ahora nos corresponde a las nuevas generaciones continuar la marcha hacia un pleno desarrollo con Planeación y acorde a las exigencias de la modernidad.

 

A pesar de las condiciones sociales que actualmente prevalecen en el mundo, debemos hacer un esfuerzo para forjar a nuestros hijos, nietos y biznietos,  en una nueva estrategia de desarrollo humano, con visión de futuro, con certezas y realidades que propicien la armonía y paz social al menos en Guerrero y México. Se debe apostar a la concertación, respeto y civilidad. La Revolución Mexicana, aunque trágica, es una experiencia tal vez necesaria en su momento que no se debe repetir. No hay regreso al pasado armado pero tampoco debe haber espacio, y mucho menos fomentar la confrontación ciudadana. Nuestra sociedad, en el marco de los 209 años de la Revolución Mexicana, merece más  progreso. Eso esperamos.

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