Por César González Guerrero
Envío un afectuoso y cordial saludo a toda la raza costeña.
La cultura es un conjunto de aspectos materiales y espirituales que caracterizan a un grupo social determinado, proceso histórico que se trasmite de generación en generación con prácticas individuales y colectivas que incluye lenguaje, costumbres, tradiciones, hábitos, valores, principios, conocimiento, etcétera, etcétera.
Como la mayoría de los guerrerenses lo saben, en la región Costa Chica del estado de Guerrero, encontramos una gran variedad de evidencias de su grandeza histórica, cultural, artística, gastronómica, económica y geográfica. Quizá es una de las regiones con mayor potencial del territorio guerrerense. La Costa Chica es un mosaico étnico cultural privilegiado, con pasado, presente y futuro.
Dentro de los casi 64 mil kilómetros cuadrados de extensión territorial que comprende la entidad, la Costa Chica ocupa el tercer lugar con aproximadamente 10 mil kilómetros cuadrados y ahí se encuentran sus 16 municipios: Juan R. Escudero, Tecoanapa, Ayutla, San Marcos, Florencio Villarreal, Cuautepec, Copala, San Luis Acatlan, Marquelia, Azoyu, Juchitan, Igualapa, Ometepec, Xochistlahuaca, Tlacoachistlahuaca y Cuajinicuilapa.
Hay tanto de que hablar y escribir acerca de la Costa Chica que resulta imposible hacerlo en 2 o 3 cuartillas, sin embargo que el presente documento sirva como una primera parte de las muchas que en un futuro se podrían hacer. Ruego la comprensión de mis lectores.
La Costa Chica es origen y destino que impacta a nivel estatal, nacional e internacional con su canto, poesía, pintura, música, danza, deporte, artesanía, paisajes, etc, que inspira y anima a propios y extraños. Quienes la conocen se enamoran y deciden identificarse e integrarse como costachiquenses. Es una tierra prometedora y de gente generosa y sencilla.
Por ello será que, desde Juan del Carmen, el valiente soldado del Gral. Vicente Guerrero en la comunidad de Rancho Cuananchinicha, Municipio de Tlacoachistlahuaca, los poetas Rubén Mora Gutiérrez de Cuauhtepec y Juan García Jiménez de Ometepec, los compositores Indalecio Ramírez de Igualapa, y la gran influencia de Álvaro Carrillo y José Agustín Ramírez; el pintor Azoyuteco Casiano García Jarquin, el popular comediante José Alfredo Mendoza López, mejor conocido como el Tico Mendoza de Ometepec, el destacado escritor Jaime López Jiménez de Ometepec, entre otros, en la Costa Chica se cuenta con una fuerza cultural reconocida y respetada que el espacio no es suficiente como para ampliar esta grandeza costachiquense. Ya habrá otra oportunidad de mencionar y destacar otros personajes que han dado brillo a la Costa Chica. Por hoy una disculpa si hay alguna omisión involuntaria.
El fandango costeño, con sus sones de tarima o de artesa y sus inigualables chilenas, han hecho que sus habitantes y visitantes disfruten de la sana alegría que se ofrece en sus múltiples formas de festejar o celebrar actos cívicos, artísticos, culturales, sociales y políticos.
Todo tipo de melodías, sus famosos corridos, cumbias y boleros, danzones, etcétera, a capela o acompañados con duetos, tríos o conjuntos, bandas de chile frito o música de viento, en cualquier ambiente, es motivo de fiesta popular. En bodas, cumpleaños, velorios y otros eventos involucran a todos los asistentes.
Mencionamos en la música de la Costa Chica a José Agustín Ramírez, que a pesar de haber nacido en Acapulco, hizo varias composiciones dedicadas a la Costa Chica como el toro rabón, Azoyu, etc. y Álvaro Carrillo aunque nació en Oaxaca ha sido considerado como costachiquense, compositor de bellas melodías como Sabor a mí, Celia, La amuzgueña, Adiós a Chapingo, Amor mío, Alingo lingo, Arrullo, El Andariego, Eso, La Hierbabuena, Sabrá dios, La mentira, Pinotepa, etc.
Al poeta Rubén Mora Gutiérrez, originario de Cuautepec, autor de la Potranquita, Envío a mi tierra Costa Chica, Canto Criollo, Costa, el Tlacololero, etc. y Juan García Jiménez, poeta originario de Ometepec. Cuya obra poética contempla Alma Vernácula, Luna del Barrio, Palabras en el bosque, Cuando el amor cantaba, Remigio, Magrecita Santa, etc.
Y a Indalecio Ramírez Rodríguez, originario de Igualapa, compositor de melodías como Llévate todo, Tu regreso, Una limosna, Rosa negra, Soy cobarde, A quien, Urgencia, Solamente borracho, El corral de piedra, Que sepan todos, etc.
Sin duda, la página cultural de la costa Chica no se termina. Ya veremos.