Editorial
Si todos los Presidentes Municipales, Diputados, Senadores, Gobernadores y nuestro Presidente de la República fueran empleados de una compañía particular, ésta hubiera quebrado en menos de 15 días. Asusta la incompetencia, deshonestidad, indiferencia y cualquier otra cualidad necesaria para poder ser un buen industrial o comerciante. Para lo que sí son una maravilla es para robar todo lo robable y hacerse millonarios con nuestro dinero. Para ello sí que son buenos. Lo peor es que durante muchos años los Gobiernos priistas y panistas realizaron sus supuestos rescates: primero, los bancos con el Fobaproa; después, las autopistas de cuota y los ingenios azucareros y hasta Pemex. La pregunta es qué sigue. ¿Cómo no rescatan a los millones de pobres del País que no tienen ni para comer, mucho menos vestirse o tener su casa propia? ¿Qué clase de gobernantes hay en México que nomás piensan en sus intereses personales y familiares y unos cuantos compadres?