FORO POLITICO.
Por Salomón García Gálvez.
Hace décadas, al maestro de enseñanza -de cualquier nivel- se le veía con un gran respeto; era un guía del pueblo después de los padres de familia. Todo eso se acabó; lo terminó la anarquía, la corrupción y la descomposición social.
A nivel nacional los maestros aglutinados en el SNTE, ya no inspiran respeto ni confianza; dentro de esa organización existen varias corrientes donde impera la corrupción, el autoritarismo y hasta el gansterismo.
Ese sindicato magisterial que aglutina a millón y medio de agremiados apesta a putrefacción; así lo dejaron los ex líderes Carlos Jonguitud Barrios y la ex presidiaria Elba Esther Gordillo, quien era parte de la mafia en el poder y ahora es amiga y aliada del presidente AMLO. ¡Qué tal!
En Guerrero, mientras los sindicaleros de la Sección 14 del SNTE vegetan y no defienden a sus agremiados, la Ceteg se dedica a vandalizar, bloquear arterias, carreteras e incendiar y destruir bienes muebles e inmuebles oficiales para exhibir un estúpido músculo radical que es repudiado por la sociedad.
No hay nada que festejar por el Día del Maestro; todo lo acabaron ellos, los sindicaleros del SNTE y su pestilente corrupción que derivó en la mafiosa CNTE, que pretende apoderarse de todo lo que pueda arrebatar con violencia a la SEP.
Los maestros guerrerenses tienen como “dirigente” de la Sección 14 del SNTE, a un individuo gris y mediocre de nombre Javier San Martín Jaramillo, quien es títere del diminuto ex Subsecretario de Educación Básica de la SEG, Emiliano Díaz Román. Este par de sujetos que se dicen maestros mantienen relaciones inconfesables. Emiliano, nunca ha impartido clases en las aulas; ni sabe de docencia.
Y los de la mafiosa Ceteg, dan pena y vergüenza por sus acciones radicales, estúpidas e incendiarias que son repudiadas por la ciudadanía. Mediante violencia la Ceteg, consigue todo tipo de prebendas, como banda de facinerosos pandilleros.
El pretexto para las acciones radicales de la Ceteg es que el gobierno federal no revoca la Reforma Educativa. Eso se cocina en la Cámara de Diputados y Senadores de la Ciudad de México, NO en Guerrero. Nada justifica la acción radical e incendiaria de la Ceteg aquí… ¡Feliz Día del Maestro!
EVODIO: SU ESTIGMA CORRUPTO.
Ni el más prestigiado consultor político nacional e internacional, le quitará el estigma de corrupto que arrastra el ex alcalde de Acapulco Evodio Velázquez Aguirre, quien dejó a la comuna del puerto en la quiebra total y con alta espiral de violencia.
Lo más seguro, es que Evodio está siendo engañado por algún corrupto consultor político que le está cobrando millonaria cantidad de dinero, para maquillarle su deteriorada imagen.
Todo será inútil: Evodio tiene una mala fama de corrupto, demagogo y cínico; será muy difícil que se sacuda tan mala imagen, aunque se la pase dictando conferencias de prensa por todo el estado.
No hace mucho, la alcaldesa de Acapulco Adela Román Ocampo, llamó “mañoso” a su antecesor Evodio Velázquez; con ello devino el rompimiento. Se acabó el encanto y el compromiso entre ambos.
Existen personajes en la historia de México, tan famosos que jamás lograron sacudirse la mala fama. Por ejemplo: el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, tiene fama de ser sumamente perverso, el malo de la película; hasta lo acusan de ser autor intelectual del asesinato del ex candidato presidencial Luis Donaldo Colosio. Salinas, no se quita ni se quitará el estigma de ser tipo maloso.
Y el ex presidente panista, Felipe Calderón Hinojosa, tiene fama de ser dipsómano crónico (borracho); en las redes sociales lo critican y hasta dicen que la cervecería Modelo le conectará un ducto hasta su domicilio, para que Don Felipe no tenga necesidad de ir a comprar chelas fuera de su residencia. ¡Zas!
Lo que muchos le recomendarían al ex alcalde de Acapulco Velázquez Aguirre, es que ya no siga dando conferencias de prensa donde se victimiza; no le queda, se ve ridículo.
Todos saben que Evodio dejó en la quiebra financiera a la comuna de Acapulco, mientras él salió multimillonario, y hasta se dio el lujo de financiar campañas políticas. No es por ahí… Punto.