Texto enviado por Alfredo Bustos Ruiz de la Iglesia Nacional Presbiteriana Conservadora “El Buen Pastor”.
Ubicada en 16 de Septiembre N° 27, en el Centro de Chilpancingo, Gro.
Dios sabe de qué cosas tenemos necesidad. Así que podríamos preguntarnos de qué sirve orar.
Primero, recordemos que la oración no se limita a hacer peticiones: hay oraciones para agradecer, para alabar, para expresar ante Dios nuestras penas… También hay oraciones en las cuales simplemente le expresamos nuestros pensamientos.
Pero, ¿por qué presentar nuestras peticiones a Dios? Porque es el medio que él nos ha dado para recibir de él. A Dios le agrada comunicarse, le gusta dar. Él no es como los dioses paganos que “tienen boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven; orejas tienen, mas no oyen; tienen nariz…” (Salmo 115.5-6). Tan pronto como Dios creó al hombre, habló con él. Cuando Adán y Eva pecaron, él les habló y escuchó sus respuestas. Él quiere que sus hijos le hablen. Esto es orar. Varios versículos nos animan a hacerlo:
– “Pedid, y se os dará… Porque todo aquel que pide, recibe” (Mateo 7.7-8).
– “Por nada estéis afanosos, sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias” (Filipenses 4.6).
– “Orando en todo tiempo con toda deprecación y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda instancia y suplicación” (Efesios 6.18).
– “Velad y orad, para que no entréis en tentación” (Mateo 26.41).
– “Y no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4.2).
Y propúsoles (Jesús) también una parábola sobre que es necesario orar siempre, y no desmayar.
Lucas 18.1
Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Mateo 6.8
Orad sin cesar.
1ª Tesalonicenses 5.17