Editorial
Nuestros políticos no reflexionan. La corrupción va a salirles muy cara. Los beneficios económicos por las mordidas que exigen a los constructores les van a perjudicar a la larga. En este momento, no creo que tengan la conciencia tranquila los responsables de la Autopista del Sol que han causado miles de muertes desde que se construyó, por el pésimo estado y material de mala calidad con la que se edificó, seguramente no han de estar tranquilos todo aquel funcionario que participó construcciones públicas deficientes. ¿Vamos a seguir permitiendo como ciudadanos esos abusos que tanto nos cuestan? ¿Hasta qué punto seguirán las obras mal hechas y peligrosas para los usuarios? ¿Necesitaremos que haya más heridos y muertos para que esta corrupción se detenga? Estas corruptelas, son una gran oportunidad para el presidente Andrés Manuel López Obrador y su equipo para devolvernos esa confianza y dignidad perdidas, juzgando y castigando de verdad a toda la sarta de ladrones que nos gobernaron y permitieron esas obras de mala calidad.