Editorial
El racismo retoma fuerza en el mundo y como efecto dominó está llegando a nuestro país. Los palestinos odian a los israelíes, el Ku Klux Klan integra a su grupo seguidores afroamericanos para ir contra los centroamericanos y, ahora, los mexicanos dicen que no quieren “ilegales” en su país tras el arribo de la caravana de migrantes. Por lo visto la idiosincrasia racista estadunidenses está teniendo resonancia en México. Es lamentable ver los resultados de la presión que Estados Unidos está ejerciendo hacia nuestra república para contener el flujo de centroamericanos que entran de forma ilegal al país para después buscar ingresar a EE.UU. Si bien es innegable que los centroamericanos están en el país en calidad de ilegales, es deleznable que los mexicanos se nieguen a que se construyan albergues para apoyarlos. Absurdamente, como siempre, México replicando las ideas gringuillas, más aun cuando una situación similar están padeciendo nuestros niños en el país vecino.