Editorial
Cada día que pasa vamos perdiendo la esperanza de que un día nuestro País llegue a ser de primer mundo. No dudo de la capacidad de trabajo de la gente que diario sale a ganar su sustento honradamente, sino de un sistema político completamente corrompido, desde Presidencia hasta el último de los congresos locales, incapaces y sin ningún interés por sacar a México de su atraso. Políticos al servicio de mafias políticas, a la orden de sindicatos, inoperantes ante criminales que se burlan de la justicia porque saben que nunca serán castigados. Políticos que sólo buscan perpetuarse en el poder, saqueando a los trabajadores para luego repartir míseras limosnas para comprar votos. Mozalbetes recién egresados de universidades que no han podido crear ni un sólo empleo, pero que son contratados para la burocracia por sus parientes porque en la iniciativa privada no darían el ancho, y a los que se les encomienda el plan de desarrollo. Ahora Morena gobernará, pero los mexicanos seguimos esperando que el Gobierno nos mantenga. Ni modo.