Continuamente los medios de comunicación informan sobre crisis económicas, financieras o ecológicas. También evocan la perspectiva de terribles catástrofes naturales, epidemias, hambrunas, terremotos… Pero detrás de todos estos trastornos que sacuden a la humanidad, hay uno del que poco se habla y que percibimos con mayor dificultad.
Se trata de la crisis moral originada por el hecho de que los hombres no quieren escuchar a Dios. Ciertamente tiene implicaciones diferentes a la caída de la Bolsa; este rechazo conduce a la condenación eterna a quienes no escuchan a Dios revelado en Jesucristo.
El cristiano halla esta revelación en la Biblia. Ella afirma que un día, como desenlace de todas las crisis humanas, habrá un tribunal solemne y único: Dios juzgará a los hombres mediante Jesucristo (Romanos 2.16). Hoy Dios ofrece su gracia a todos. Antes de que los terribles juicios tengan lugar, Dios llama a cada uno a reconciliarse con él. Es el Dios de justicia, pero también es el Dios de amor (1 Juan 4.16), quien “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1 Timoteo 2.4).
La Biblia fue escrita y conservada durante siglos; hoy la encontramos casi en cualquier parte del mundo. ¡Es un mensaje seguro, dirigido a todos los hombres! Nos explica con sencillez cómo escapar del juicio, cómo estar en paz con Dios para siempre.
Jehová… vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con rectitud.
Salmo 98.9
Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.
Isaías 45.22
Texto enviado por Alfredo Bustos Ruiz de la Iglesia Nacional Presbiteriana Conservadora “El Buen Pastor”.
Ubicada en 16 de Septiembre N° 27, en el Centro de Chilpancingo, Gro.