La capital
Marcelo VILLANUEVA LUNA
Primero se manifestaron y los cesaron como una muestra de que debieron cumplir con sus obligaciones, nunca entendieron que en Guerrero hay un poder por encima de los demás y aunque aleguen violaciones a sus derechos humanos, queda claro que se encuentran en calidad de despedidos.
En días pasados los policías cesados desde hace un año, estuvieron bloqueando calles de Chilpancingo, exigiendo la reinstalación en sus funciones, además de pagos a salarios caídos, esas fueron las razones de su protesta. Aquí el problema es que exigen la resolución de sus demandas a un organismo que tiene funciones específicas y por más que envíe recomendaciones a las instancias de gobierno, los que deciden son aquellas dependencias y sus titulares.
Primero piden la ayuda de la Comisión de los Derechos Humanos del Estados de Guerrero (CDHEG), organismo que en un principio les abrió la puertas y fueron atendidos en multitudes de veces, el mismo Presidente Ramón Navarrete Magdaleno los atendió en varias ocasiones de manera directa y se les brindó acompañamiento; además los sigue atendiendo. Hoy están actuando estos ex policías como verdaderos mal agradecidos, ya que piden resolver sus demandas a una institución que no es de su competencia.
Debe quedar muy claro que la única que les puede resolver sus necesidades es la Secretaría de Seguridad Pública, pero esta dependencia del gobierno los ha ignorado, eso es lo que deben entender estos ex policías que se manifestaron en contra del gobierno y que en represalias los despidieron.
Sus demandas deben de canalizarlas ante la SSP del estado de Guerrero porque ellos dependían de ésta, pues entonces que allá se vayan a plantar y que cierran las entradas de esta dependencia, pero están actuando de manera equivocada, demandan que Derechos Humanos les resuelva todo, no entienden muy bien los alcances de competencias de la Comisión, una institución que siempre los atendió y que les abrió las puertas y que ahora se van molestos desacreditando el trabajo del Presidente de la Comisión y de la CDHEG en su totalidad, no deben ser mal agradecidos porque la culpa de que los hayan despedidos la tuvieron más que ellos al manifestarse.
Dicen que ya les ofrecieron los finiquitos por el despido, pero que no los han querido aceptar porque quieren la reinstalación en sus funciones, situación que hasta el momento parece imposible, argumentan mil cosas que tienen que ver con los derechos humanos; pero deben entender que este asunto lo tiene que resolver la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno del estado. Otros organismos como el Congreso del estado podrán intervenir y la misma Comisión de Derechos Humanos pero no es determinante la solución, derivado a que hay especificación y delimitación de funciones que tiene una dependencia y otra.