Editorial
Se acerca el fin de año y con ello el anuncio de más impuestos. Esperemos que el Gobierno de AMLO, en su afán desesperado de conseguir más dinero después de las condiciones en que deje la administración Peña Nieto, no nos recete impuestos regresivos como los de Santa Anna. No deberían aumentar los impuestos hasta que no haya una transparencia total sobre cómo se gasta nuestro dinero y evitar que se use para comprar votos para seguir manteniéndose en el poder. Desde hace 40 años se han destinado miles y miles de millones de pesos al gasto social y el número de pobres no ha disminuido. Eso quiere decir que a la gente se le dan pescaditos y no se le enseña a pescar, mientras esa gente no aprenda a ganarse la vida la pobreza seguirá igual. Los impuestos deben servir para mejorar la vida de todos los mexicanos y no para sustentar a los partidos en el poder. Toda la burocracia que vive de nuestro dinero debe ser transparente. Por cierto, los informales sí pagan impuestos, lo malo es que no pasan por la caja oficial del Gobierno en turno y no creo que los partidos renuncien a ese dinero negro.