Editorial
Lo preocupante para Guerrero no son los problemas en sí, sino la actitud de algunos ante ellos. Todavía existen líderes sociales y sindicales que ni siquiera se han entendido que una democracia se dirige por la voluntad popular expresada mediante el voto y no por bloqueos y chantajes de minorías, que muchas veces ni entienden a fondo las cosas. Por lo tanto, los organizadores que desde hace días han venido realizando bloqueos en las avenidas y calles de Chilpancingo, deberían saber ¿Cómo se sentirían si alguno de sus familiares perdiera el trabajo por llegar tarde al mismo; que un fin de semana que quieren pasear no pueden llegar a su destino; qué pasaría si algún familiar estuviera enfermo y tienen que llegar de emergencia al lugar donde se encuentran? No se trata de que seamos conformistas los demás o que seamos cobardes, simplemente que si quieren o queremos reclamar algo, estos reclamos no tienen que ir dirigidos ni atropellando los derechos de los demás ciudadanos. Al obstaculizar avenidas y carreteras lo único que están ocasionando es que esas pocas o muchas personas que en un principio los apoyaban les den la espalda, porque están perjudicando a gente inocente.