BÚSQUEDA AFANOSA | Por: Carlos Olivares Rodríguez
El ser humano busca por todos lados y a toda costa encontrar la justicia desde sus mezquinas y perversas perspectivas, incluso arreglar al mundo a su propia manera.
Los modelos económicos que hoy nos gobiernan solo han evidenciado que ninguno sirve y que solo beneficia a unos cuantos y una vez en el poder no lo quieren soltar.
El pecado que viene implícito en nuestra carne no nos deja ver más allá de lo perverso y lo profano y pretender avasallar a todo cuanto se interponga a nuestra manera de pensar.
Mientras el mundo habla de empoderamiento para llevarnos a un plano equitativo entre hombre y mujeres, Jesús nos lleva a una humillación total, rendición plena a su pies.
La justicia de Dios no es la nuestra, nuestras mentes no alcanzan a dimensionar lo que realmente es la justicia de Dios, y pretendemos hacer un Dios a nuestra manera.
Jesucristo murió en la cruz del calvario por la simple y sencilla razón de que la paga del pescado es muerte y la dádiva de Dios es vida eterna.
Es por ello que tuvo que morir y al tercer día resucitar tras haber vencido la muerte, haber sufrido muerte por nuestros pecados, es por ello que hoy no hay otro nombre dado a los hombres en quien podamos ser salvos.
Nos afanamos buscando lo que no existe una felicidad a través de lo vano y la vanagloria, cuando la plenitud está en nuestro interior a través de la Gracia y Misericordia de Dios.