Editorial
Los bloqueos y marchas que desde ayer iniciaron maestros disidentes de la CETEG, Sutcobach, SUSPEG y jubilados de la UAGro en varios puntos de Chilpancingo, nos recuerdan cuando alguien está pidiendo algo mientras retiene a un rehén inocente. En la vida real, estas movilizaciones afectan la economía de miles de comerciantes. Es claro que la gente tiene derecho a manifestarse, pero también los ciudadanos comunes tienen derecho a circular libremente. No tardará mucho en llegar el día en que truenen los ciudadanos en contra del Gobierno federal, cansados de tanta impunidad, tantos intocables e injusticias, de saber que se pierden miles de millones de pesos de nuestra economía local, pero nadie es enjuiciado. ¿Cuál será el futuro de las próximas generaciones con tanto desorden por todos lados en nuestra entidad suriana? Sabemos que las autoridades responsables van intentar compensar el daño que nos está haciendo con alguna artimaña populista, principalmente para evitar alguna caída en las próximas elecciones en otros estados, pero nosotros debemos ser congruentes y evitar que esto pase.