Editorial
Durante las campañas pasadas, varias alcaldesas y alcaldes que hoy llegaron al cargo prometieron «Primero los pobres». Todos nos merecemos tener acceso al agua, pero si no la captan con obras bien planeadas seguiremos siendo rehenes de los piperos, los políticos y la corrupción, a pesar que millones de litros de agua de las lluvias, literalmente, se van al caño. Aparte de la seguridad que merecemos, también queremos que el agua alcance todos los rincones de la Ciudad. Por ello, urge que se hagan las obras para recaudar esos millones del preciado líquido que caen en temporada de lluvias, del cual una gran parte de la población carece, especialmente «los pobres». Las lluvias que hemos padecido en esta época realmente han azotado a varias partes del País, pero, en Guerrero, nos han dejado indefensos ante la cantidad de agua y basura que circularon como auténticos ríos desenfrenados. Es primordial que los ciudadanos hagamos conciencia sobre el daño tan grande que se provoca al tirar indiscriminadamente la basura a la calle. Además de la cantidad histórica de lluvia que nos ha latigueado, el desazolve sigue siendo un gran pendiente en los gobiernos municipales. Ojalá que las «nuevas» Administraciones realicen las obras tan importantes que merecemos.