Editorial
La pasividad con la que actuamos los mexicanos, ha llegado a niveles que da miedo de tanta indiferencia que se percibe en la sociedad ante los problemas actuales. Tal parece que vivimos en el país de “Las No Consecuencias”. Resulta que, desde septiembre pasado, 50 políticos y precandidatos han sido asesinados en México, y aunque los mexicanos consideran que esto se acabará, los analistas dudan que la violencia termine después de la votación del próximo 6 de junio. Tenemos un presidente de la República que obligó a las y los gobernadores y la jefa de gobierno, a que firmaran un Acuerdo Nacional por la Democracia para que no se metieran en las elecciones, y él es el principal promotor de su partido. Las escuelas permanecen cerradas por temor a contagios de Covid-19, pero los mítines de las campañas están a reventar. En fin, se podría escribir un libro de miles de páginas de esta manera. Pero mientras sigamos siendo educados por las televisoras y de ocuparnos por cosas mediáticas como ¿quién es la nueva Miss Universo de México? Las cosas auguran un panorama difícil para México.