Editorial
México ocupa la posición 104 de 128 países, de acuerdo con el Índice de Estado de Derecho 2020 que presentó el World Justice Project (Proyecto de Justicia Mundial, o WJP, por sus siglas en inglés): es decir, el país está entre los más violentos del planeta. Si hay un antídoto para combatir el histrionismo y la buena oratoria de los políticos, ese son los datos duros. Por más palabrería hecha y frases bien concatenadas que salgan de una boca, los datos duros permanecen para rebatir todo maquillaje. Que si ha bajado tantos lugares en secuestro, que si redujeron los crímenes de alto impacto, etcétera, no interesa a la sociedad. Se podrán decir mil y un cosas, pero por más matiz que se busque, México es de las naciones más violentas y punto. Los ciudadanos aún percibimos a la inseguridad en nuestras calles y colonias y un estudio serio lo demuestra. Responsabilidad del ciudadano es proveer recursos al Estado para su funcionamiento y la del Estado es brindar seguridad a los gobernados. Si uno rompe el contrato social, cómo puede demandar a la contraparte mantenerlo. Es lamentable la posición de México en el estudio, pero es peor hacer como que no existe el problema.