Editorial
Año tras año, el Buen Fin desata la euforia de los consumidores sobre los productos. Con el slogan de “el fin de semana más barato del año”, las tiendas atraen a miles de compradores, pero la realidad es que en muchas ocasiones la táctica utilizada es subir precios días antes del Buen Fin, para al momento de la barata rebajarlos un poco y que los productos se mantengan en el precio original. Un ejemplo es la información publicada recientemente de que aumentaron precios de estufas y electrodomésticos, previo a la promoción referida. Además, hay ocasiones en las que el descuento es solo de 10 o 20 por ciento de descuento, algo muy ínfimo si se le compara con las rebajas de Estados Unidos, las cuales alcanzan hasta 80 por ciento. Aunque, claro, hay casos en los que las empresas solo rebajan 1 centavo, para cumplir con la norma. Esperemos que ahora sí actúe ese elefante blanco llamado Profeco contra los establecimientos que manejan publicidad engañosa en el Buen Fin, aprovechando la expectativa de grandes descuentos generada entre la gente.
