Por César González Guerrero
La vida diaria nos está demostrando que los cambios, genéricamente hablando, se originan a partir de las crisis. Cambios que se pueden considerar favorables o desfavorables, dependiendo del punto de vista de cada quien. Cuestión que debe ser respetable.
Ser y actuar como seres pensantes debe ser la característica de estos tiempos y eso es responsabilidad de todos. El razonamiento y reflexión son prioritarios para no incurrir en irresponsabilidades que afecten a la sociedad en su conjunto.
Por supuesto que la mayor responsabilidad recae en la autoridad de cualquier orden de gobierno, sobretodo del Poder Ejecutivo de la Federación, como el encargado de instrumentar políticas publicas viables para solucionar problemas. Y ahí está el detalle. Mientras los poderes fácticos no se avoquen a cumplir, cabal y coordinadamente sus funciones, será difícil solucionar problemas.
En estos momentos cruciales para nuestro país y para los mexicanos, en términos generales y a nivel nacional, prácticamente todas las actividades han disminuido, y en gran parte se han suspendido, para evitar mayores contagios del COVID, y precisamente al ser evaluados los resultados se verá quien cumplió y quién no. Esperamos sean favorables.
Quienes no estén haciendo sus tareas con eficiencia, eficacia y ética profesional, serán sometidos al juicio de la historia y de los mexicanos en su conjunto. La crisis sanitaria no debe ser motivo para el fracaso de los planes de gobierno. La honestidad y lealtad de los gobernantes estarán a prueba y no deben permitir que el desarrollo de México se desvíe por un problema de salud y se llegue a una confrontación política. No sería justo.
En materia educativa será fundamental la participación comprometida de los trabajadores al servicio de la educación, a efecto de no simular su trabajo para continuar la formación integral de los niños y jóvenes de México y Guerrero quienes son el presente y futuro de la Nación.
Es bien sabido que a partir del surgimiento del COVID la atención a este sector, se puede decir el más importante, se ha suspendido, y las labores escolares ahora se llevan a cabo con el uso de las tecnologías que, debe reconocerse, existen una serie de factores que impiden su cumplimiento al cien por ciento.
Por otro lado, en materia económica y social se deben prevenir oportunamente los riesgos. Son evidentes los asuntos prioritarios que requieren de una atención muy especial como la salud, el desempleo, la inseguridad, la producción y el consumo, etc., y nadie debe justificar omisiones y errores voluntarios o involuntarios. Ya veremos.