Editorial
Cada año son más los egresados de estudios superiores de las diferentes universidades públicas y privadas del país. Quién dice que de esos profesionistas no son mexicanos preparados, claro que sí los son, el pequeño detalle radica en que, al concluir sus estudios, al recibir mejores propuestas que implican mayor y mejores oportunidades de trabajo, afectan positivamente su estilo de vida y emigran. Claro que no está mal que estos profesionistas lo hagan, pero por qué no regresarle un poco a su comunidad, al país en general, para que esto pueda tomar un camino seguro. Es necesario que tanto el Gobierno, junto con el sector privado, ayudemos a que cada vez sean menos los que se vean en esta necesidad, beneficiándonos todos al contar con gente más capacitada dentro de nuestra sociedad, para evitar la fuga de cerebros.
