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Don Miguel no creía en el Coronavirus, hasta que casi muere en el hospital de Atoyac

  • Por Diario Objetivo
  • 25/05/2020
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*Durante 11 días permaneció hospitalizado en Acapulco respirando desde un ventilador, revela en su testimonio

Por Rangel Ventura

Chilpancingo de los Bravo, Gro., 25 de Mayo de 2020.- Don Miguel creía que el Coronavirus no existía y era solo un invento del gobierno para controlarlos y robar más dinero a los pobres… pero todo cambió hace unos días, cuando estuvo a punto de morir del virus por falta de atención médica en el hospital general de Atoyac de Álvarez.

El testimonio es el del señor Miguel Ángel Solano Gómez, originario y vecino de la ciudad de Atoyac de Álvarez –nos reservamos su domicilio-, quien por su edad y su estado físico, estuvo a punto de morir de Covid-19. Pide que su historia se haga pública por dos razones: como testimonio para darle “Gloria a Dios” por haberlo librado de una muerte segura; y, para que sus paisanos crean y tomen conciencia para prevenir la enfermedad.

Para don “Migue” –como también es conocido-, lo que le sucedió es un verdadero milagro. Pues solo así puede explicar que con 61 años de edad y diagnosticado con diabetes mellitus desde hace seis meses, haya logrado librarse de la enfermedad, ¡Fue Yahveh!, precisa en la entrevista telefónica en exclusiva para OBJETIVO Diario, en alusión al teónimo de Dios usado en las santas escrituras del judeo-cristianismo.

El viacrucis del señor Solano Gómez comenzó el pasado 20 de abril. Una fiebre y malestar de huesos, además de un fuerte dolor en el pecho y dificultad para respirar comenzaron a asolarlo, y aunque se automedicó, al pasar de las horas los malestares aumentaron hasta que no pudo más y el 22 de abril acudió al Centro de Salud de su demarcación en Atoyac, donde los médicos le diagnosticaron “dengue”.

 

Tres días después de presentar síntomas y acudir al médico, el 25 de abril, don Miguel Ángel ya no pudo más y suplicó ser internado en el hospital general “Dr. Juventino Rodríguez García”. Para ese entonces la fiebre y el dolor de pecho habían aumentado a tal grado, que ya no podía respirar. Sin embargo, al carecer de material y personal adecuado para atender a pacientes con Covid-19, los médicos se negaron a recibirlo, por lo que se desmayó en el pasillo…

“Al reaccionar, despierto yo cuando ya estaba en mi casa. Pero sentía como que jalaba vidrios para los pulmones, un dolor horrible en el pecho. Era tanto el dolor que yo le dije a mi esposa: ya vete de la casa y déjame morir, ¡ya no aguanto más!”, narró con angustia desde su celular, al recordar a este periodista ese traumático episodio.

Cuando el 24 de marzo el gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador, anunció que México entraba a la Fase 2 del Coronavirus, y por lo tanto habrían de cerrar algunos negocios y posteriormente las playas, esas medidas sanitarias para don Miguel Ángel eran solo una argucia del gobierno para robar dinero y meterles miedo, por ello, él a cuanta persona se encontraba le decía que el virus no existía y era un “invento” de los políticos.

El señor Solano Gómez lleva 12 años laborando como chofer de un camión tipo Torton y constantemente viaja por la república para traer mercancía, principalmente verduras y frutas para surtir tiendas y mercados. A medida de que en las noticias los casos de enfermos de Coronavirus aumentaban por las ciudades que pasaba, su esposa María de Jesús en todo momento le suplicaba que parara de trabajar, para que no se fuera a contagiar, o que por lo menos usara cubrebocas y acatara las medidas de salud. Nunca hizo caso.

La incredulidad de don Migue terminó cuando acudió a recoger una mercancía a la Central de Abastos de la Ciudad de México, epicentro de la enfermedad en todo el país donde hasta la tarde de este lunes registraba 19 mil 682 casos positivos y 1,665 defunciones. Sospecha que ahí contrajo el virus.

La mejor bendición de parte de Dios, la encontró don Miguel en su incondicional esposa María de Jesús y familia, quienes lejos de dejarlo morir, como pedía desesperado por el dolor de pecho y no poder respirar, lo trasladaron de emergencia al hospital regional del IMSS “Vicente Guerrero” de Acapulco. De inmediato lo conectaron al ventilador respiratorio y comenzó a ser tratado como paciente sospechoso del virus SARS-CoV-2 (Covid-19), y al instante le realizaron la prueba.

Fue hasta el pasado 5 de mayo, 11 días después de estar internado, que los doctores le dieron la milagrosa noticia que había librado lo más mortal de la enfermedad, por lo que –aunque aún presentaba pocas dificultades para respirar- ya no era necesario permanecer en el nosocomio, y lo mandaron a cuarentena a continuar su recuperación en casa.

Pero, para evitar estar en Atoyac de Álvarez, región de la Costa Grande de Guerrero y ser víctima de la ignorancia de las personas que hostigan a los enfermos del virus, un hermano le ofreció una casa que se encuentra deshabitada en una comunidad del municipio de Chilpancingo, donde pasa la cuarentena en total aislamiento con su esposa y se recupera satisfactoriamente.

El 6 de mayo le hablaron por teléfono del laboratorio estatal de la Secretaría de Salud (SSA), para confirmarle lo que los médicos de Acapulco ya le habían diagnosticado: que era portador del virus SARS-CoV-2 (Coronavirus), y debía extremar precauciones él y su familia, por lo que desde entonces acata cada una de las recomendaciones sanitarias.

Entre risas don Miguel recuerda cuando no creía en el Coronavirus, por lo tanto, como temeroso de Dios, pide comprensión y piedad para sus paisanos atoyaquenses que no acatan las medidas sanitarias o no creen en el virus, sin embargo, justifica: “El gobierno siempre nos ha mentido, nos mintieron en la masacre de Aguas Blancas, nos mintieron con el ‘Chupacabras’, nos mintieron con la Influenza y se perdieron muchos empleos en el 2009, yo por eso no creía nada porque sé cómo es el gobierno de perverso… pero ya ve, me pasó…”.

Antes de terminar la entrevista telefónica, pide que su testimonio se tome con mucha madurez y aprovecha para darle nuevamente gracias a Dios, por haberlo librado de una tumba segura, como él mismo lo describe. “Vi la mano del Señor Jesucristo, estoy vivo gracias a Él, espero que la gente lea mi testimonio y se cuide, pero sobretodo, cuide a su familia y no se expongan a ser víctimas del Coronavirus”, concluyó.

Cabe precisar, que por razones desconocidas, el caso de don Miguel no se encuentra contabilizado entre los casos confirmados de Coronavirus en Atoyac de Álvarez, ya que sus datos no coinciden con la filiación de los 4 positivos que muestran los tableros federal y estatal. El señor Solano considera que podría tratarse que al ser atendido en el hospital de Acapulco, quizás lo contabilizaron entre los enfermos del puerto.

Hasta el mediodía de este lunes, Guerrero tenía 1,272 casos positivos de Coronavirus en 47 municipios y 175 defunciones, siendo la Costa Grande la única región que presenta enfermos en los 8 municipios que la conforman, sumando en total 59 casos. (Por Rangel Ventura)

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