Editorial
La empresa estatal Petróleos de México (Pemex) anunció el viernes haber descubierto un yacimiento petrolero en el estado de Tabasco, en el sur del país latinoamericano, con reservas de hasta 700 millones de barriles de crudo. Muchos mexicanos nos preguntamos: ¿para qué queremos que el petróleo sea “nuestro” si nos cuesta 50 mil millones de pesos al año?, además, Pemex no cuenta con los recursos para seguir explorando y explotando pozos. Mientras tanto, nuestros vecinos del norte están extrayendo el petróleo y gas natural que pueden ser nuestros, tan sólo con estar a 50 metros o menos de la frontera, en tierra o en aguas profundas. ¿Cuál sería el beneficio inmediato al vender Pemex? Nos ahorramos esos millones de pesos en subsidios, más el costo de sus instalaciones. ¿Qué perderíamos como sociedad? Creo que nada. Saldríamos ganando, habría más empleos, al ser empresa privada se le exigiría el cumplimiento de sus obligaciones laborales y fiscales, lo cual generaría ingresos; habría más preocupación por cuidar el medio ambiente. ¿Soberanía? Empresas extranjeras: mineras, automotrices, de alimentos, bebidas, financieras y bancos se están llevando nuestros recursos, y quizá todo eso representa más costo de lo que representa Pemex.
