Por Federico Lorenzana
¿Alguien recuerda a Paulino Javier Manzanares “El Pajarillo”, el hombre que buceaba en las ollas del drenaje? ¡El hombre que hacía el trabajo asqueroso que nadie se atrevería a hacer! Sí, esa persona humilde de mirada cabizbaja e inocente, le sirvió por muchos años a las administraciones municipales de Atoyac de Álvarez y como pago a sus servicios lo corrieron hace unos años; su madre ya anciana, dice con mucho resentimiento:
-Fíjese que ni las gracias le dieron y hoy está enfermo, y cuando puede anda con la carretilla recogiendo basura en las casas para sacar para las tortillas.
Desde mi punto de vista, lo que le hicieron es inhumano, puesto que por ley le tocaba un retiro de acuerdo a su antigüedad y desempeño. Recuerden funcionarios públicos, que los puestos de trabajo no son hereditarios y que la vida da muchas vueltas; hoy estás arriba y al rato estás abajo.
Trato justo a las personas humildes que están laborando en el H. Ayuntamiento de Atoyac de Álvarez y si se les despide, hay que pagarles lo que marca la ley, porque todos somos atoyaquense y porque Atoyac lo merece todo.
