Editorial
Todos los días nos encontramos con problemas derivados de irresponsabilidades de las autoridades de Salud, donde el culpable final es el hilo más delgado y será quien cargue con las sanciones aunque el sistema o algún jefe lo hubiese obligado a realizar actividades en condiciones inadecuadas. Un buen ejemplo es que médicos de hospitales y centros de salud continúan distribuyendo un medicamento que podría ocasionar cáncer, debido a que la Secretaría de Salud no les ha informado que se abstengan de recetar este fármaco. ¿Hasta cuándo aguantará el pueblo todas estas vejaciones, despilfarros y abusos de nuestros extraterrestres y desorbitados políticos? La justicia es clara y estricta con quien menos culpa tienen. Seguramente el médico que cumple con su tarea en las zonas más apartadas de Guerrero y no tuvo forma de enterarse de la prohibición, será sancionado. Pero, ¿cuánto se le sanciona al Jefe o Secretario ineficaz? La ley castiga la ignorancia y limitaciones del galeno y apapacha al amo y al burócrata de autoridad postiza.