Editorial
Casi todas las semanas se registran accidentes carreteros que involucran camiones de doble remolque o sobrecargados. Las causas más comunes: sobrepeso, fallas mecánicas, impericia o cansancio del conductor. En México, la norma oficial autoriza pesos y dimensiones para las unidades que no están autorizados en países desarrollados. ¿Por qué nuestras autoridades permiten esta normatividad? Los beneficiados parecen ser a empresas transportistas y grandes consorcios que logran ahorros en la movilización de mercancías. Los perdedores son los ciudadanos accidentados y causantes que pagan impuestos para la reconstrucción permanente de carreteras y calles. Los países desarrollados utilizan el ferrocarril para carga pesada y mercancías. No sé quién tomó la decisión de suspender el desarrollo del transporte ferroviario de carga y pasajeros en el País. Claro que esto es un gran error estratégico que no permite contar hoy con el transporte ferroviario y conectividad que demanda el desarrollo de México. Será difícil y tardado revertir esta situación. Es evidente que urge la acción inmediata de nuestro Gobierno.