Editorial
En nuestro país hay cosas que no se cuentan porque son eclipsadas (telenovelas, youtubers, programas televisivos, etcétera) por las que ocurren: las que nos agreden, nos insultan, nos mutilan. Los mexicanos tenemos cada vez menos dinero para cubrir las necesidades primordiales, ya no digamos las de esparcimiento. Mientras tanto, vemos indignados cómo se solapa o premia a ex Gobernadores que han desfalcado miles de millones de pesos sin mayor consecuencia que la afectación al resto de los mexicanos. Los diputados ignoran que el salario mínimo no estaba relacionado a las multas, sino al revés. De todas formas, separar ambos conceptos no puede garantizar que ganemos más y que tengamos una vida digna. El Presidente pide que tengamos esperanza en la Cuarta Transformación, mientras en su mandato se permean la corrupción, la impunidad y el solapamiento (Ya cayó Rosario Robles, ¿Para cuándo Peña Nieto y Angélica?). El día que se enjuicie en México a un político corrupto de alto rango, tendremos motivos para festejar. Y eso contará, y se contará mucho.
