Editorial
Por el plan de austeridad del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la Selección Mexicana de fútbol este año dejó de recibir 34.8 millones de pesos, por un contrato de publicidad que tenía con el Gobierno de México. Ésta es una de las cosas plausibles del gobierno de la Cuarta Transformación, ya que los hombres de pantalón largo y abultadas carteras han hecho del balompié un verdadero fracaso. Ya no se sabe si quieren al “Juego del hombre” por amor al deporte, o por ser habilidosos economistas. Hacen del deporte nacional lo que quieren, venden y compran jugadores en el país y el extranjero como si fueran carne de res, obvio, dándole más importancia a la carne importada. Los explotan haciéndolos entrenar y jugar partidos oficiales o amistosos toda la semana por un sueldo irrisorio. El público que paga boletos para gozar el “espectáculo”, a cambio solo recibe mediocridad de los juegos, como sucede en estos momentos con la Copa de Oro 2019. Se ven mejores partidos y hay más emoción en las canchas de los llanos.