Editorial
Sin afán de enaltecer los sexenios priistas, que han sido igual de corruptos que los panistas, hay que reconocer que en el gobierno de Enrique Peña Nieto, México importó menores cantidades de productos agrícolas de Estados Unidos, pues se fortaleció la producción nacional. Por eso no debemos tener la mente tan chiquita y echar las campanas al vuelo para celebrar que no habrá aranceles, mintiendo que se ganó en la negociación cuando existe el compromiso de Andrés Manuel López Obrador de comprar mayores cantidades de productos agrícolas. Si esta negociación se hubiera dado con el “idiota” de Peña Nieto, hoy los que celebran hubiesen gritado que es un “entreguista” por haber cedido a los deseos de Donald Trump por militarizar nuestra frontera y un “vende patrias” por mantener a los migrantes en nuestro país en la espera de asilo en EE.UU., pero además matizarían las burlas tildándolo de “pendejo” una vez más, por comprometerse a comprar mayores cantidades de productos agrícolas que no estaban en la negociación, y que afectan al campo mexicano. No hay nada que celebrar.