Editorial
El estudio que señala sobre la imposibilidad de comprar la canasta básica de los mexicanos es una muestra del porqué el malestar en cuanto al desencanto con los grandes cambios anunciados con la llegada de la Cuarta Transformación. Sin embargo, la realidad es que esta situación de malestar fue heredada por los gobiernos panistas, ya que con la reforma laboral que impulsó Felipe Calderón se formalizó el outsourcing y cambiaron las reglas del juego para la clase trabajadora, con un poder adquisitivo cada vez menor. Primero nos dijeron que las reformas serían la panacea, pero después que los beneficios empezarían años después, aunque la realidad nos ha superado con petróleo barato y dólar caro, además de que el mercado interno está por los suelos y sin visos de recuperarse. Ya basta de salarios por honorarios, que nada tienen qué ver con la productividad que pregonó el anterior gobierno priista de Peña Nieto, y también de la demagógica propuesta por los políticos de mejorar el salario mínimo ante el escenario electoral que se avecina en el 2021.