La Capital
Marcelo VILLANUEVA LUNA
El desarrollo que tienen las diferentes sociedades en el mundo viene marchando por medio de una serie de hechos y cambios que han marcado la historia. En todas partes del mundo se han constituidos estados fuertes y débiles, el cambio de un estado monárquico a un estado democrático; no ha sido fácil la tarea.
El trabajo que presentamos a continuación es dar a conocer los planteamientos de varios autores que abordaron el tema sobre la construcción de un estado moderno, sobre todo ahora que México vive en un proceso crucial de transición, pasar de un estado autocrático, a un gobierno populista, el de López Obrador.
Se debe tener en claro que un estado político, implica toda una serie de elementos fundamentales sociales, como es el caso de los partidos políticos, las organizaciones sociales que aspiran a transformar una realidad, aquí la democracia es el baluarte más importante en cuanto a la construcción de un nuevo estado, aunque también la democracia se convierte en un arma para engañar a los tontos.
Durante mucho tiempo se criticó a Porfirio Díaz por la dictadura en México y haber ejercido un gobierno despótico, por haber estado mucho tiempo en el poder y fue por medio de una revolución en 1910 que permitió su caída o exterminio de esta dictadura, hablar de reelección después de este gobierno, era como hablar del mismo demonio e una iglesia, nunca se pensó que el concepto de reelección llegara otra vez a México. Ahora las cosas ya cambiaron, hoy si se permiten las reelecciones en este país, las leyes las están modificando a conveniencia propia y dar paso de nueva cuenta a las reelecciones, es un estado a su vez difícil de entender.
De lo que si estamos seguro es que el estado moderno aún no está construido, es un largo proceso de cambios que se tienen que lograr por muchos años de lucha civil, los sociólogos consideran que un estado moderno es el más adecuado para una sociedad, sobre todo en donde haya igualdad y democracia, aunado el tema muy de moda en este momento, que es la transparencia y la rendición de cuentas, cualidad de los gobiernos populistas.
Es fundamental conocer las partes que se deben de considerar para alcanzar ese estado moderno, todo mundo habla de política, de los candidatos a ocupar puestos de elección popular, de la austeridad de López Obrador; pero no se analiza el escenario en el que se desenvuelven estos actores políticos que solo buscan llevarse mucho dinero a la bolsa.
Partiendo de la idea de que en el año de 1453 llegó a su fin de la Edad Media, con la caída de Constantinopla y el fin del cristianismo al menos en ese imperio y en el viejo mundo, lo que fue antes de esta fecha, se le denominó el oscurantismo, lo que aconteció posteriormente se le denominó el siglo de las luces, ya en el siglo XVIII, una nueva corriente de pensamiento que tenía como base fundamental “la razón”.
Los grandes exponentes de ese siglo fueron: filósofos, historiadores, sociólogos, políticos, escritores, naturalistas, literatos, economistas, músicos y dentro de los que se encuentran: Montesquieu, Voltaire, Jean J. Rousseau, Diderot, el economista Adam Smith, antes sentó las bases Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes entre otros de los iluminados de ese esos dos siglos.
El autor Alain Touraine (1992) en su libro “Critica de la modernidad”, refiere que después de la Edad Media, el hombre despertó del viejo letargo al que se encontraba durante toda la edad media, ya empieza a ponerle mucha mayor atención a la ciencia, a los nuevos descubrimientos, al nuevo pensamiento crítico y llega a la conclusión que Dios no era el que estaba en el centro del universo, farsa que utilizó la iglesia católica durante toda la Edad Media, al que le llamaron como el periodo del “oscurantismo”. Se puso fin a la teoría “Teocéntrica” y se dio paso a la teoría heliocéntrica lo que revelaba Copérnico que era el sol el que estaba en el centro del universo y no Dios.
En el terreno de la modernidad y los nuevos razonamientos, se dio paso a pensar que de pronto era el hombre el que estaba en el centro del universo y todo lo material, se puso mayor interés en investigar a la naturaleza, se echó mano de la ciencia y la razón para construir un nuevo concepto que se llamó de acuerdo al autor antes citado, “la modernidad”.
Pensar sobre la ruta de la modernidad era conseguir una serie de cambios, nuevas propuestas, nuevos planteamientos, un nuevo orden social, económico y político, la búsqueda de respuestas por medio de la ciencia, del método científico, el estudio del materialismo fue parte de este proceso después del siglo XVII.
Los personajes antes mencionados fuero los impulsores de este nuevo movimiento durante el siglo de las luces, expusieron al mundo una nueva concepción social, religiosa, política y económica.
Estas nuevas ideas perseguían fundamentalmente: En el Orden Político: La abolición del Régimen Absolutista y el establecimiento de la soberanía popular; asimismo, el reconocimiento de la libertad individual. En el Orden Social: El establecimiento de la justicia para todas las clases de la sociedad; así como el reconocimiento de la igualdad entre todos los hombres y en el orden económico: La libertad de comercio e industria y asimismo, el pago de impuestos por todos los ciudadanos, sin distinciones ni privilegios.
Algunos de estos personajes como Rousseau fueron los impulsores de la Revolución Francesa (14 julio de 1789 – 9 noviembre 1799), (mihistoriauniversal.com). De aquí se fundamentaron los jacobinos que en su programa de reforma planteaban: la Igualdad, la libertad, la democracia y la soberanía popular, pilares fundamentales de esta revolución, además de que marcó el final de feudalismo.
Lo que estamos dejando en claro con lo antes expuesto, es que aquí el hombre dio un paso en su forma de pensamiento, el oscurantismo de la edad media se quedó atrás y se dio paso a las luces de la razón. “El ser humano ya no es una criatura hecha por Dios a su imagen y semejanzas; es un actor social definido por los papeles que cumple, es decir, por la conducta asignada a su posición y que debe contribuir al buen funcionamiento del sistema social. Porque el ser humano es lo que hace, ya no debe mirar más allá de la sociedad, hacia Dios, para encontrar su propia individualidad y sus orígenes, sino que debe buscar la definición del bien y del mal en lo que es útil o dañoso para la supervivencia y el funcionamiento del cuerpo social” A. TOURAINE (1992).
El concepto de modernidad lleva al hombre a pensar que en un estado moderno lo rige un monarca o Presidente de una República, caso emblemático de México y su peje, se derivan los poderes y las instituciones gubernamentales y políticas, pero esto tiene como consecuencias al mismo tiempo la desigualdad social y ¿qué es la desigualdad social?, las grandes diferencias que hay entre los individuos de una sociedad, por ejemplo ricos y pobres, blancos y negros, chinos y lacios, privilegiados y desposeídos y así sucesivamente pudiéramos seguir numerando más diferencias que han marcado esta sociedad por años.
El filósofo, sociólogo y pedagogo Jean Jacques Rousseau, lanza sus críticas al modernismo porque los individuos o los hombres, ya perdieron su esencia natural y están plagados de codicias, ambiciones, corrupción, individualismo, des-humanismo; ya no es el hombre natural de antes, es el hombre echado a perder o corrompido.
Como parte de la modernidad social, dice Rousseau que se tuvo que llegar a construir una nueva sociedad moderna por medio de un “contrato social” y lo que significa que todos los hombres en su derecho de ciudadanos, llegaron a un solo acuerdo de nombrar a un soberano, un rey, un emperador y en el caso de México, hay un monarca disfrazado, está matando de hambre a su pueblo; pero hace que el mismo pueblo lo adore y le aplauda.
El poder va emerger desde las bases hasta llegar a la cúspide depositado en un solo hombre, quien tendrá la facultad de gobernar sobre todos los demás seres humanos, gozará de soberanía popular y ejercerá el poder político y económico para bien de todos los hombres, al menos en teoría. Pero que quede claro que fue producto de un pacto social que antes hicieron los mismos hombres de elegir todos juntos un solo soberano.
La crítica que se puede hacer en este momento, es que el gobernante ocupará esa envestidura para bañarse de riquezas, impunidad, corrupción y hasta de sangre, privilegiará la propiedad privada, favorecerá a las clases ricas a las que brindará privilegios y aplicará todo el peso de la ley en contra de sus enemigos y los más pobres y desprotegidos.
“Rousseau critica a la sociedad, pero lo hace en nombre de las luces de la razón, aunque se aleja cada vez más de sus antiguos amigos, los filósofos. Invoca una naturaleza que es el lugar del orden de la armonía, y por lo tanto, de la razón. Rousseau quiere volver a situar al hombre dentro de ese orden y hacerlo escapar de la confusión y del caos creado por la organización social. Ese es el fin de la educación: formar un ser natural, bueno, razonable y capaz de socializar, tales son las ideas expuestas en el Emilio o de la educación” A. TOURAINE (1992).
Citando al autor Norberto Bobbio (1989) en su libro “la izquierda y la derecha”, refiere a dos polos opuestos, hasta se antoja a pensar en la lucha de los contrarios. La izquierda y la derecha en un estado moderno y sobre todo en política, tendrá como resultado el principio de la igualdad entre los individuos, en un socialismo y no en un capitalismo.
Aterrizando en la cuestión política, ahora que López Obrador experimenta con un país pobre en sus manos, hay partidos políticos que siempre se han clasificado de izquierda como ahora el Morena, PRD, PT y otros partidos como el humanista, pero son la misma gata igual que los demás.
En contraparte existen los partidos de derecha entre ellos el PRI, el PAN, el Partido Verde Ecologista y el Nueva Alianza, todos ellos van en busca de poder llegar a gobernar el país, un estado y municipio y se debaten en propuestas, descalificaciones y señalamientos para atraer mayor número de votantes el día primero de julio del presente año.
Sobre el principio de igualdad que señala Norberto Bobbio es que los de la izquierda han estado proponiendo desde su nacimiento como partido, un reparto igualitario de la riquezas del país, abolir la diferencias de clases entre los hombres, abatir los niveles de corrupción, de impunidad, quitar privilegios a la burguesía y alcanzar una justicia social en la que sean iguales todos. Mientras que los de la derecha, los que han tenido el poder en el país buscarán seguir impulsando las reformas que atentan en contra de los derechos de los más desprotegidos, continuaran pugnando porque siga vigente el reparto desigual de la riqueza, estarán a favor de llevarse todo el dinero a los bancos de Suiza, aunque no abiertamente de que sigan los grandes privilegios para las élites del poder, la corrupción y la impunidad.